De pronto se notó el crecimiento de literatura de mala
calidad, frívola de falsos consejos de
superación personal y falsas fórmulas
para el empoderamiento, así como de escritores primerizos y al vapor, que
encontraban refugio en el surgimiento del
“Grupo Rodrigo Porrúa” con el pretexto de buscar nuevos valores de la
literatura, y en donde los escribanos se sentían orgullosos de pertenecer a dicha
editorial, que aparentaban confundir, convenencieramente,
con la legendaria y mejor conocida “Editorial Porrúa”, que es la Librería Porrúa Hermanos y Compañía
S.A. de C.V que fue fundada por los tres
hermanos Porrúa, provenientes de Asturias, España, José Porrúa, Indalecio
Porrúa y Francisco Porrúa por el año de 1900. Al igual que aquella “Editorial Miguel Angel Porrúa”
que le publicó su libro al finado político Rafael Moreno Valle para hacer
fraude a la ley electoral y anticiparse
a actos electorales, y en donde se señaló en un
comunicado emitido por José Antonio Pérez Porrúa que “Editorial Porrúa” solamente había una; de
la misma manera ahora surgen quejas en contra de grupo Rodrigo Porrúa, tal y
como lo expresó la actriz y cantante Sandra Montoya en un vídeo en sus redes
sociales destinado para la opinión
pública y medios de comunicación,en donde la artista señala haberle entregado
una cantidad económica al editor Rodrigo Porrúa desde hace aproximadamente un
año, para la elaboración de un libro de su autoría, y que es hora que
no ha salido la publicación de la obra literaria ni la devolución del dinero
entregado. Montoya exhibió documentos que aparentemente sustentan la relación
contractual respectiva, pero no advierte con claridad la presentación de alguna
demanda civil o penal en contra del supuesto incumplimiento o fraude. Siempre
estaremos a favor de quien escribe y de quien publica, y es responsabilidad de
los lectores y únicamente de ellos, seleccionar su tipo de lectura, y que siempre será preferible leer un mal libro, que
seguir un mal programa de televisión; sin embargo, resulta reprobable el aprovecharse de los
incautos que piensan publicar o comprar un libro; creyendo que están respaldados por una editorial que han
conocido desde hace muchos años, cuando en verdad en un juego de palabras y apellidos,
resulta ser otra. Es tanto como no distinguir lo que es un Premio entregado en
el Senado de la República que un Premio entregado por el Senado de la República , o un Honoris Causa entregado en la UNAM que por
la UNAM . El mundo de las apariencias vemos que también tiene su precio.