Porfirio Muñoz Ledo un hombre histórico para la izquierda de nuestro país, y con tropiezos indudables en su carera política como lo fue, no medir su ambición política y aceptar formar parte de las filas y avalar los gobiernos de Miguel Angel Mancera y Vicente Fox; resulta ser un hombre considerado por el Presidente López Obrador. Muñoz Ledo, notoriamente deteriorado en su salud, ha sacado fuerzas de flaqueza, ante el entusiata momento que vive México con la llegada de un hombre de izquierda a la Presidencia de la República y sobre todo ante los cambios que ha provocado y su enfrentamiento contra el neoliberalismo. Porfirio acudió al evento en favor de la dignidad de México y su amistad con los Estados Unidos, en donde no acudieron panistas, representantes de otras bancadas que finguian ser de izquierda y funcionarios molestos por la austeridad gubernamental y la política en contra del abuso implantada por el mandatario federal. Pero Muñoz Ledo si estuvo presente, renovando sus ideas de izquierda y ala izquierda del presidente. En uso de la palabra, el Presidente d ela Cámara de Duiputados dijo: “Desde hace 100 años de los tratados de Bucareli no teníamos
una relación tan accidentada por el gobierno de los Estados Unidos.La sustitución
del lenguaje diplomático por la procacidad y el cambio de un trato amistoso por
la amenaza que obliga a reforzar nuestra unidad mediante el Acuerdo Nacional de
Defensa de la Dignidad del país que ha propuesto el presidente.Aspiramos que al
final de este túnel nuestra relación con los Estados Unidos sea mucho mejor de
la que ahora tenemos.Ha habido momentos muy cordiales y muy fructíferos. Se
refirió el gobernador a la buena vecindad con Franklin Delano Roosevelt, que
atemperó la expropiación del petróleo y nos llevó a la Segunda Guerra Mundial
en alianza con los Estados Unidos.Hoy es un día de celebración, pero también de
reflexión y de mirada larga hacia el futuro.Vivimos un nuevo tiempo histórico,
el de la globalidad, este exige la creación de bloques económicos y regionales
competitivos hacia el mundo y equitativos en su estructura interna.Apenas
podemos entender que Trump quisiera desarticular nuestras relaciones económicas
construidas durante tantos años mediante los aranceles que hubieran tenido
efectos imprevisibles sobre nuestra economía.Yo quiero referirme a un tema
principal, no podemos aceptar que la migración sea una palabra maldita. La
migración es un derecho humano que debe ser respetado; así lo consagran todas
nuestras constituciones, desde la de Morelos y todos los tratados internacionales
sobre la materia.Tampoco podemos aceptar el lenguaje mentiroso que no quiere
diálogo, sino acciones; lo que significa que no tiene ninguna intención de
llegar a acuerdos.Saben que nosotros tenemos la fuerza de la razón y ellos la
razón de la fuerza.Dos reflexiones:Más de cinco millones de trabajadores
norteamericanos dependen del intercambio comercial. Es claro que, entre
nosotros, los dos países, no existe una sumisión, sino una interdependencia. Lo
prueba esta franja fronteriza desde Tijuana hasta Matamoros, donde hay el mayor
cruce de personas, de modo pacífico y ordenado, de todo el planeta.También
existe el derecho a no migrar, que significa la creación de condiciones en su
país de origen para que los ciudadanos no tengan que trasladarse a otras
regiones.México ha confiado desde hace mucho en la solución bilateral de
nuestros problemas. Aunque podíamos haber acudido a la Organización Mundial de
Comercio, a la Suprema Corte de La Haya y hasta las Naciones Unidas, yo quiero
decir que la vía que hemos encontrado es la mejor. Y quiero felicitar a los
negociadores encabezados por Marcelo Ebrard y por Martha Bárcenas que tuvieron
una actitud paciente y que jamás se dejaron chantajear.Lo que es en mi criterio
inmoral e inaceptable es el doble rasero entre la frontera norte y la del sur.
Por una parte, exigimos que nos abran las puertas; y por el otro lado sellamos
el paso de los centroamericanos para hacerle un oscuro favor a los Estados
Unidos.La mejor atenuante del éxodo es la elevación sustantiva y progresiva,
las condiciones de vida mediante el aumento sustantivo de los salarios. En eso
coincidimos con Canadá y con los Estados Unidos.Me dirijo, por último, a
nuestros compatriotas del exterior con los que hemos tenido durante 50 años las
mejores relaciones. Ellos representan nuestra historia y aspiración.México es
una nación que trasciende sus fronteras; de hecho, hay países con varias
relaciones y naciones en varios estados. Jamás podríamos abandonar a nuestros
compatriotas, ellos son también una réplica del federalismo mexicano, los
bajacalifornianos, zacatecanos, de los queretanos, y nuestras autoridades
estatales han cuidado con mucho esmero el fortalecimiento de los vínculos
solidarios.Queremos una patria grande, que existirá ahí donde se encuentre un
mexicano”. En el acto también se pronunció el presidente del país y su Secretario de Relaciones Exteriores, quienes dieron aviso, de haber evitado el abuso de aranceles y presión migratoria por medio de la economía, por parte de Los Estados Unidos, en un plan encabezado por Donald Trump.