miércoles, 12 de junio de 2019

OH, SEÑOR DE LOS CIELOS





















Los que difunden la violencia en las historias de televisión  son los mismos  que proclaman por los mismos medios electrónicos cesen las agresiones en el territorio nacional.  La historia dramática y cruel del estudiante secuestrado y asesinado  a semanas de graduarse y de la recién nacida robada en Naucalpan y después recuperada de manera casi milagrosa, son dos finales diferentes de dos historias, desgraciadamente cotidianas en todo el país. La detención de la violencia  ciudadana y del delito no es solamente un ámbito policíaco, sino también  debe consistir en una conciencia colectiva  de sano ejemplo y recuperación de la escala de valores.  El Estado de México como una entidad con  mayores asesinatos femeninos,  y la CDMX  con un gobierno que estaba en manos de la delincuencia, dicho por la propia Jefe de Gobierno; es apenas un parámetro de lo que sufre nuestro México, tanto por lo que hacen los malos  como por lo que han dejado de hacer los buenos.