Escribió Joaquín López Dóriga que nadie lo detendrá en sus comentarios, es decir, que aunque haya sido exhibido como "el chayotero mayor" del gobierno de Peña Nieto, el seguirá atacando a López Obrador y cualquier exhibición de su poca ética y mercantilismo periodístico, lo tomará como una persecución de Estado en contra de la libertad de expresión, ja,ja. Joaquín quien fuera un buen periodista al principio de los ochentas, aunque siempre vendido a la comitiva presidencial, ahora sus facultades mentales y físicas ya no le permiten ni siquiera presumir de ello. Sus equívocos constantes y su falta de memoria, hicieron que tuviera que abandonar su silla nocturna del noticiario de Televisa, para convertirse en un desinformador vespertino de radio fórmula, aveces con dolo y aveces por pérdida de facultades. López Dóriga quien hizo el ridículo en una entrevista traducida y que en la narración de la última visita papal a México, confundió la Catedral metropolitana con la Básilica de Guadalupe y muchas , muchas, muchas más; ayer se volvió a brincar la barda, cuando en su afán de atacar al gobierno López Obradorista; en el programa Tercer Grado dedicado a un balance del gobierno de López Obrador a siete meses, Joaquín reprochó que se hayan eliminado los centros de protección a mujeres y niños maltratados , ataque que se utilizó como bandera de batalla por los voceros mediáticos, cuando dichos centros siguen en funciones, como se lo aclaró Denisse Maerker junto con sus compañeros. "Que bueno que ustedes sí están bien informados", dijo el periodista chayortero.