La corrupción y la impunidad sembrada en México con mayor fuerza, desde el sexenio de López Portillo y posteriormente la ambición desmedida implantada por el imperio empresarial han roto la escala de valores en todos los ámbitos, desde el político hasta el escolar, por lo que no podía quedar exento el periodístico. También sería injusto decir que aquellos que cambian su libertad de expresión por el cheque que les brinda una línea editorial asfixiante o un ingreso de aquel con quien se queda bien o se le brinda una entrevista a modo, son periodistas, cuando son extorsionadores o periodiqueros que cobran la nota y su programa a quien entrevistan sin ni siquiera saber hacer la actividad informativa sino más bien la labor egocéntrica del entrevistado a su nivel educacional y moral. Los maestros de la comunicación de los últimos tiempos, que fueron y son sobresalientes por aparecer en la televisión como único mérito, y contar con la protección de anteriores gobiernos cuyas lecciones las incluían hasta en libros de texto; lamento señalar, que en la mayoría de los casos, formaban del círculo de corrupción y recibían aplausos por los mismos que formaban esos círculos. ya la tecnología ha abierto nuevas vías de comunicación, que ha permitido que ahora todos se digan periodistas pero que permite al receptor inteligente separar a los falsos de los verdaderos, lo que es casi imposible en las vías de comunicación convencionales. El periodismo es un oficio que debe estar acompañado de un conjunto de conocimientos y una preparación general y constante y no es una aplicación inmediata con diploma asegurado a cambio del pago de una colegiatura. Los mejores reporteros y periodistas tenían otras carreras profesionales y experiencias sociales sin haber cursado una carrera de periodismo. Posteriormente surgió la carrera de periodismo y después la de Ciencias de la Comunicación, y aquellos que no han estudiado tales grados, siguen siendo los mejores periodistas. Lo que se resume que no existe una carrera para ser periodista, o para ser Presidente de un País, o maestro en vez de educador; sino que es la vocación y la constante preparación general, y una escala de valores sólida, lo que en verdad hace a un periodista y en consecuencia el buen periodismo de un país y con éste; la democratización plena coronada con el derecho a la información.