La barra de abogados que mucho tiempo se ha mantenido al
margen de las atrocidades jurídicas que han pasado en nuestro país, como lo es que por décadas se haya litigado en la materia laboral sin necesidad de cedula profesional,
o del abuso de los notarios en sus
honorarios y en sus disfrazados programas de descuento en testamentos en vez de
la creación de Juzgados de lo Notarial que los sustituyan de manera gratuita, o
en el decaimiento de la correcta y
concordante creación de leyes por parte
de los congresos locales y las corruptelas judiciales al servicio del abuso empresarial. Ni que hayan tachado de un
absurdo, la existencia de leyes que
favorecían que los miembros del poder judicial pudieran fijarse su propio
sueldo; pero ahora se indignan y
defienden con clamor, el hecho de que el Presidente de la República informe de
cara a la nación, sobre los amparos interpuestos para la no construcción del Aeropuerto
de Santa Lucía y para el reinicio de la
construcción del Aeropuerto de Texcoco. La burra, digo la barra, de Licenciados
en Derecho, que se alegraban porque el nuevo derecho mexicano -en su mala imitación del derecho
estadounidense-, además de la oralidad,
también contemple la transparencia de los asuntos judiciales y su publicación; y
que nunca alzaron la voz para defender a quienes sufrían de las arbitrariedades
de la exprocuradora Arely Gómez, quien violaba impunemente el derecho de
secrecía de las carpetas en el pasado sexenio; ahora se manifiestan inconformes
con la información presidencial respecto a los juicios de amparo antes
comentados, en donde está en juego, el patrimonio del país y principalmente del
pueblo de México, por actos mal planeados y con conductas que posiblemente se traduzcan en comisiones de delitos. La agrupación de Abogados en una carta, pidió al presidente de México, Andrés Manuel
López Obrador, no intervenir en asuntos jurisdiccionales, con advertencias como
la de exhibir los nombres de los quejosos que han interpuesto amparos para
detener la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, siendo que el poder
ejecutivo es parte de los asuntos
jurisdiccionales en cuestión y que ha respetado la división de poderes, ya que
a lo largo de nuestra historia presidencialista, nunca el poder judicial se había
revelado al titular del poder ejecutivo, sabiendo que el Presidente era un
interventor continuo, tanto para dar los moches como para dar las chambas a los
juzgadores. No hemos sabido que la barra
de abogados hayan tratado de impedidir con este mismo ímpetu, a tantas universidades patito que regalan títulos de
abogados o que han partido la carrera de licenciado en derecho, de cinco años a unos
cuantos meses, ni que se hayan opuesto a
la eliminación del Examen profesional, o que hayan defendido agrupados y mediante el derecho internacional,
los abusos de Estados Unidos para
nuestro país, ni que se hayan opuesto a la autorización de que deudas privadas
se hayan hecho deudas públicas, ni a la
despensa del pago fiscal para empresas
millonarias, ni que hayan defendido a los cientos de trabajadores que murieron
accidentados en las obras que se realizaban para el Aeropueto Empresarial
Texcocano que ahora defienden; ni mucho menos que hayan organizado una cruzada
para reivindicar la imagen del abogado, tan desprestigiada por la percepción pública, como la de los jueces, los ministerios
públicos, secretarios de acuerdos, actuarios y de aquellos que se les relacionan con la lentitud y la
corrupción de los órganos jurisdiccionales. Son estos abogados clanificados,
los que tienen la costumbre de agruparse
para sacar provecho social y económico,
los que es hasta este sexenio, que
quieren aplicar la censura al titular del poder ejecutivo para que se mantenga callado y si es posible
agachón ante los influyentes; como agachones y tragadores de deposición,
resultan ellos mismos. No cabe duda que quienes se servían de los privilegios
de la corrupción están desesperados ante el nuevo gobierno y que de recuperar
el poder, podrían ser más agresivos en su filosofía apátrida y en su escala de
corrupción, de lo que siempre lo han sido.