La condonación del impuesto predial, endeudamiento público para salvar negocios privados y prolongar plazos para pagar obligaciones fiscales al corriente y adeudos de años anteriores, es lo que se pide como apoyo para el sector empresarial por lo menos en la CDMX, en voz de Armando Zuñiga quien tiene una larga trayectoria empresarial y es nuevo presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) de la capital del país. Aquellos que decían que no se debería fomentar las dádivas del "papá gobierno" y que tanto criticaban, a lo que los impostores contemplativos llaman populismo, -cuando el término ni siquiera está reconocido con una definición específica o una doctrina sustentable-; ahora son los que imploran ayuda asistenciada pero que ellos llaman rescate financiero, con el pretexto y la misma falsa idea, que de aumentar su riqueza, podrán salvar a los trabajadores en crisis, ya que supueatamente son sus maniobras empresariales, lo que en verdad otorga empleos y dignificación humana a los mexicanos, y más ante el problema pandémico por el coronavirus. Ante la negativa del gobierno progresista federal y local de la CDMX de no rescatar súper negocios y mejor brindar programas de asistencia universales; los hampones monopólicos disfrazados de empresarios, expresan que ellos también tienen necesidades, pero más que nada están preocupados por la mediana y microempresa, pero la realidad es que sacan la lengua de nada más pensar, lo jugoso que podría ser en estos momentos, otro FOBAPROA, cuando las condiciones están dadas para un saqueo como plan empresarial sin que los direccionados mediáticos lo reclamen sino que hasta lo aplaudan. Poco a poco la frase de supuesta autosuficiencia de "Me hice a mi mismo" cambia a "Porqué no hacemos lo mismo". En sexenios pasados se dibujaba el esquema manipulador de la importancia de consentir a los empresarios que solamente resultaban ser acaparadores mal habidos, que extinguieron a los verdaderos comerciantes y a la competencia. Hace apenas cuatro años pedían los supuestos hombres de negocios, que no se votara por un proyecto lópezobradorista que desde los primeros meses traería el apocalipsis financiero, la escapada de empresarios, las fugas de capital masiva y la descolocación de la bandera mexicana por una bandera maozedongana. Hace apenas diez meses aún con la solidez del peso mexicano y con el costo de la gasolina a la baja, le querían cortar el dedo al presidente con todo y anillo, porque predecían los sabios en economía, que ni siquiera llegaríamos a Diciembre ante un derrumbe sociofinanciero sin precedentes, ni siquiera en la devaluación del peso al 470 por ciento en el sexenio de José López Portillo. Por lo que entre son peras y son manzanas, la única declaración que ha sido sostentable y sostenida, es aquella del Presidente de la República, que al tono del Chapulín Colorado con el "calma, calma que no panda el cúnico" decía: “vamos a salir fortalecidos, y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación”. Palabras que fueron y todavía siguen siendo severamente criticadas por aquellos doblemoralistas que también dicen: " Los tiempos de Dios son perfectos y no hay Mal que por bien no venga". El caso es que "nanay" para el saqueo empresarial y "of course my love" para la política social a lo que quieren llamar populismo cuando se dirige al pueblo y rescate financiero cuando se aplica a la esfera empresarial. El gobierno lópezobradorista no compra las excusas de que si se rescata a las empresas poderosas, tal situación se traduce en reactivación económica sin tomar en cuenta el saqueo patrimonial del país y el sacrificio en vano del pueblo, por lo que aunque algunos acomplejados que siempre han pertenecido a la clase mediera pero que alucinan con estas medidas de robo empresarial, poder alcanzar a la clase de alto patrimonio o al menos poderla imitar, se enojen o se asusten de manera incontenible hasta llegar al insulto; por lo que muy sentidamente, ricos y pobres tendrán igual que el señor Armando Zuñiga, y los traficantes de influencias que se decían empresarios; respetar el proyecto de gobierno por el que votaron la mayoría de los mexicanos y las reglas de la democracia que fue obtenida de manera simbólica por el voto y de manera práctica por el apoyo al proyecto lópezobradorista, que hasta ahora se ha cumplido al pie de la letra, ya que de no ser así, no habría tanto enojo por parte de los antiprogresistas, a los que les encanta les digan fifís. Más en www.somoselespectador.blogspot.com