ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-El pueblo es quien permite la ignorancia, el gobierno solamente
la alimenta. Aunque el cambio
presidencial está dado con la derrota priperrepanista, -fusión que tanto fue
ocultada como sí se tratara de diferentes partidos que se aborrecían-; resulta
que los pocos avances del desmantelamiento
abusivo del presidencialismo son reducidos a su menor escala ante una sociedad
que confunde el conocimiento con el cimiento pero que ambos los tiene
debilitados. La mayoría de los ciudadanos adultos contemporáneos ,
pertenecieron a una generación de
conformismo mental, en donde la mayoría estaban obligados a estudiar con el único fin, de
supuestamente conseguir riqueza en la licenciatura que muchas veces no consiguieron sus padres, y en
donde el cambio político siempre les ha representado miedo y un atentado
a su comodidad intelectual, por lo que ante los cambios tan agresivos en
la vida pública más no política como los que está viviendo el país, les resultan indigestivos y carentes de análisis,
y mucho menos de asimilación para explicarles a sus descendientes lo que ahora ocurre, por lo
que sus diagnósticos para el lópezobradorismo son los mismos que para otros sexenios, así se traten de períodos pridictatoriales o pripanempresariales, pero siempre con el
razonamiento cómodo conclusivo de “todos son lo mismo”, sin resolutivos con determinación y análisis propio. Y con esto, no nos referimos a que el
lópezobradorismo pueda ser calificado de excelente, bueno, regular, malo o
pésimo, sino simplemente nos referimos a que ni siquiera tienen la capacidad de
evaluarlo para poderlo calificar. De ahí parte la tragedia nacional mexicana, y de casi todos los países
de Latinoamérica, que aguardan metas cortoplacistas basadas en la campaña partidista con la ilusión de que el gobernante solucione sus problemas inmediatos. La decadencia social y política imitada de los Estados Unidos, parte
solamente de una diferencia, y es que el ciudadano estadounidense es un ignorante
bajo la protección de un gobierno invasor-imperialista, mientras que el ciudadano mexicano
es un ignorante bajo un sistema político corruptor y saqueador sin protección
alguna para el comodín votador de cada tres y seis años y que está plenamente extraviado en la solución para el progreso de su país, porque ni la conoce. ni piensa que forma parte de sí misma. Más en www.somoselespectador.blogspot.com