Cuando Claudia Sheinmabum luchaba contra la mentirosa oposición para lograr ganar las elecciones como Jefe de Gobierno de la capital de la república, nunca se imaginó que además de enfrentarse a la pandemia corruptiva y saqueadora, se tendría que encarar con la más grande pandemia sanitaria y económica que registre la CDMX, así como la tragedia a mayor escala de la propia Ciudad de México y del propio país, que tiene crucificado al mundo. Acompañada y acompañante del gobierno federal y encausada a un mismo proyecto progresista, Sheinbaum encaminó el encierro domiciliario en el primer trimestre del año como consecuencia del coronavirus, después tuvo que asumir la apertura paulatina y después descontrolada en atención a la pandemia económica, la cual estiró a lo máximo hasta el día de ayer, y ahora retoma de lleno, la mayor atención a la sanitaria, en el intervalo perverso que exigen las circunstancias y la reacción de Estado en un hecho inédito y casi de ciencia ficción que debe asumir población y gobierno. Vendrán todavía seis meses nada fáciles en donde ahora sí, no bastará cumplir con la disposición hospitalaria, sino que los gobiernos tendrán que cumplir con la responsabilidad de cuidar de la salud de sus gobernados con la debida distribución y aplicación de la vacuna anticoronavirus, aunque la misma sea experimental e incierta. La labor del gobierno es diferente con vacuna o sin vacuna, aunque muchos no lo hayan entendido en los meses pasados, entre desesperación lógica e ignorancia consecuentista. Más en