La determinación ciudadana
de efectuar un cambio de régimen
más que de gobierno, para nuestro país; también trajo como consecuencia la caducidad para medios de comunicación serviles a los privilegiados del reciente sistema partipresidencialista
empresarial; por lo que divulgadores
tendenciosos que se disfrazaron
de payasos. Brujas risueñas, corresponsales dementes de laboratorio y hasta intelectuales orgánicos de la
información, han quedado al descubierto y fuera de su trono mediático, por lo que irremediablemente,
nuevos comunicadores se avecinan en el horizonte del cambio presidencial. Algunos informadores tendrán que demostrar su calidad
y veracidad, y otros buscarán la
oportunidad de seguir engañando al
público bajo el disfraz influyente empresarial nocivo, por lo que será el auditorio
quien deberá asumir con madurez la información proporcionada y evitar
cualquier manipulación en su carácter de radioescucha, lector, televidente y
ciudadano informado, aún sin contar con las herramientas educativas sólidas para ello.