Uno de los pasajes más grises de la televisión mexicana, fue
cuando Víctor Trujillo en complicidad con Adela Micha y solapados por la
empresa Televisa en sus canales 2 y 4, lincharon públicamente y con evidencias
parciales, al político René Bejarano, lo
que le pudo costar la vida al acusado mediático, y cuya finalidad real, era
desprestigiar a Andrés Manuel López Obrador cuando era Jefe de Gobierno.
Ahora Trujillo bajo el maquillaje de
payaso, ha tratado de desprestigiar las
conferencias matutinas del actual Presidente
del País, señalando que son montadas sus juntas a medios de comunicación. También
critica la producción con que cuenta la
transmisión de estas conferencias; cuándo tanto se había criticado anteriormente, la falta de
cuidado en las producciones de los programas del gobierno, de los partidos políticos, de los contenidos en
los tiempos oficiales en la televisión y hasta los
debates presidenciales. Ante la postura del nuevo gobierno de ya no “chayotear” a los medios ni regalarles privilegios en los patrocinios
oficiales; Brozo ha tenido que servir a otros amos, y son éstos, los que le
ordenan al payaso, atacar al Presidente que cuenta con alta aceptación de los
mexicanos, y son sus nuevos patrones del maquillado conductor, que lo adoptaron en un canal modesto, luego de ser rechazado
por televisoras que no les convenía tener en su nómina, a un comunicador
desacreditado,-en donde se incluyó el rechazo deTelevisa-. Los nuevos
amos de Brozo, son quienes lanzan a Trujillo con su poca credibilidad, para que presione en la encarcelación
a Peña Nieto, con el fin, de que los ataques sirvan para que el expresidente aporte
económicamente al programa de Brozo y obtener fondos con la condición de detener los ataques contra la persona del exmandatario, y por otro lado, para que
sea solamente Peña quien pague los platos rotos con el escándalo mediático que sería su
encarcelamiento, y así, no se persiga
también, a aquellas manos que han mecido las cunas sexenales y que se encontraban
arriba de los expresidentes, para darles órdenes y fortalecer el imperio dominador empresarial.