lunes, 13 de mayo de 2019

A BROZO LE URGE QUE PEÑA VAYA A PRISON
















Uno de los pasajes más grises de la televisión mexicana, fue cuando Víctor Trujillo en complicidad con Adela Micha y solapados por la empresa Televisa en sus canales 2 y 4, lincharon públicamente y con evidencias parciales, al político René  Bejarano, lo que le pudo costar la vida al acusado mediático, y cuya finalidad real, era desprestigiar a Andrés Manuel López Obrador cuando era Jefe de Gobierno. Ahora  Trujillo bajo el maquillaje de payaso,  ha tratado de desprestigiar las conferencias matutinas del  actual Presidente del País, señalando que son montadas sus juntas a medios de comunicación. También critica la  producción con que cuenta la transmisión de estas conferencias; cuándo tanto se había criticado anteriormente,  la falta de cuidado en las producciones de los programas del gobierno, de  los partidos políticos, de los contenidos en los  tiempos  oficiales en la televisión y hasta los debates presidenciales. Ante la postura  del nuevo gobierno de ya no  “chayotear” a los medios ni  regalarles privilegios en los patrocinios oficiales; Brozo ha tenido que servir a otros amos, y son éstos, los que le ordenan al payaso, atacar al Presidente que cuenta con alta aceptación de los mexicanos, y son sus nuevos patrones del maquillado conductor,  que lo adoptaron  en un canal modesto, luego de ser rechazado por televisoras que no les convenía tener en su nómina, a un comunicador desacreditado,-en donde se incluyó  el rechazo deTelevisa-.  Los nuevos amos de Brozo, son quienes lanzan a Trujillo  con su poca credibilidad, para que presione en la encarcelación a Peña Nieto, con el fin, de que los ataques sirvan para que el expresidente aporte económicamente  al programa de Brozo y   obtener fondos con la condición  de  detener los ataques contra la persona  del exmandatario, y por otro lado, para que sea solamente Peña quien pague los platos rotos con   el escándalo mediático que sería su encarcelamiento, y  así, no se persiga también, a aquellas manos que han mecido las cunas sexenales y que se encontraban  arriba de los expresidentes,  para darles órdenes y fortalecer el imperio dominador  empresarial.