martes, 5 de marzo de 2019

VICTIMIZAR A LA MUJER UNA ESTRATEGIA DE DOMINIO EN CONTRA DE LA PROPIA MUJER























La mujer es igual  de capaz que el hombre desde el punto generalizado; desde el punto particular habrá  ciertas mujeres más capaces que algunos hombres y ciertos hombres más capaces que algunas mujeres. Sin embargo colocar a la violencia y a el maltrato hacía la mujer por cuerda separada a la violencia y maltrato que también sufre el hombre, -en virtud de que  ambos forman parte de una descomposición social que se vive en la actualidad-, resulta una estrategia perversa,  con  la apariencia de querer ayudar a la mujer señalándola en su grandeza o debilidad, pero que en realidad se intenta sea vista de manera separada al hombre  como un acto que por si mismo es hembrista y machista, con el fin de que la mujer siga siendo vista como el ser débil y subordinado, en beneficio de  reglas mundiales para los  intereses  del dominio masculino. Siempre habrá niños maltratados, abusos, y otras conductas reprochables por más congresos que haya, para eliminar tales situaciones al respecto. Por lo que su objetivo será disminuir  o inhibir tales acciones, sin embargo separar a la mujer y al hombre como situaciones aisladas  a ellos, independientemente que tengan diferentes características; es tanto como señalar que el hombre y la mujer pertenecen a diferentes especies humanas y subrayar que hay hombres que atacan a las mujeres pero no mujeres que atacan a los hombres. No deben existir ni empoderamientos,  ni revoluciones contrapunteadas, sino la constante conducta de respeto, ejercicio del derecho y de la solidaridad entre ambos géneros. No más Día de la mujer o Día del hombre, del padre o de la madre; en todo caso, el día de la humanidad o Día de los los padres. La lucha de la mujer y del hombre debe importarles a ambos e involucrarlos a ambos y no ser un objeto de manipulación sus luchas y de fomento a la educación desvirtuada. La supuesta debilidad femenina  que quiere eliminarse  con el atropello hasta del lenguaje español, con palabras como  "la jueza" sin prever "el juezo", y que son acciones para ganancia de estereotipos premeditados en favor de gobiernos, intereses comerciales y  de quienes procuran comportamientos controlados, que sí son una verdadera subordinación, y no en favor ni del hombre ni de la mujer.  Es claro que separa a la mujer del hombre resulta un negocio en la victimización de la mujer, para aquellos que dicen ayudarlas y que al final de cuenta nunca ayudan. Es por ello que existen más organizaciones en defensa de la mujer y no del hombre o de ambos, por eso existen Institutos de la Mujer y no del hombre, por ello existe la palabra feminicidio y no masculinicidio; cuando tanto  la mujer como el hombre  son seres capaces de expresar los mejores sentimientos o las peores conductas, ya que los comportamientos dependen de muchos factores sociales y clínicos, pero no dependen de una condición de sexos.