Con un circo solemne y un diploma de goma; se nombró supuestamente, como Doctor Honoris Causa a la cantante Tatiana, en la facultad de Derecho
de la Universidad Nacional Autónoma
de México, es decir, recibió el reconocimiento EN la UNAM pero no POR la UNAM, con
la trampa mediática de haberse entregado en las instalaciones universitarias en donde se han titulado tantos estudiantes
de Derecho que sí se ganaron a base de estudios profesionales, un título que tiene peso profesional y no honorifico. La
distinción ofrecida para la cantante, que se basó supuestamente, en
los esfuerzos de la homenajeada en favor
de la educación infantil, por el simple hecho, de haber tenido un
programa de televisión y discos con
canciones para empresas comerciales; fue suficiente y bastante para que un Instituto ajeno a la casa universitaria del país, le hiciera entrega del nombramiento, como cada año que multiplica "Doctores Honoris
Causa" como cheque al portador sin procedimiento de selección pública y transparente, para así, asignar un título que pueda fortalecer, la vida de apariencias pero inútil, de la mayoría de los reconocidos, o su falta
de preparación universitaria o de un Doctorado, o que simplemente, calman el sediento ego, de quienes lo reciben y que pueden ser ellos mismos, quienes procuraron obtener el nombramiento. Por su parte la UNAM negó haber otorgado el Doctorado Honoris Causa a la cantante mexicana
Tatiana, en un comunicado que a su letra indica: "La UNAM aclara, derivado
de algunas notas periodísticas, que ninguna de sus entidades académicas otorgó
el doctorado honoris causa a la cantante Tatiana”, con lo que la aclaración también aparece en
la cuenta oficial de la casa de estudios, sin embargo no aclara quien puso en alquiler a la máxima casa de estudios de nuestro país, y porqué se facilitan sus instalaciones para provecho de
algunos y para confusión de otros. Por lo
que debe analizarse a profundidad, si
lugares como Ciudad Universitaria o el Senado de la República y otros recintos importantes
para el país, deben ser facilitados, cual
salón de fiestas, para crear la confusión intencionada, de las preposiciones “por”y
“en”.