Programas de radio, en su mayoría femeninos, de aquellos en
donde las damas disfrutan de los provechos comerciales que les brinda,
comportarse como solucionatodo, comprensivas, organizadoras de ayuda sin
manifestar sus ganancias económicas; ahora dedican el mayor tiempo de sus
emisiones a realizar reportajes sobre las estancias infantiles, que
supuestamente ha desaparecido el nuevo gobierno federal, cuando lo único que ha
realizado es quitar concesiones a sitios que no cumplían con las normas
necesarias para su operación, cobraban sus servicios a precios sobrevaluados y
en muchos casos atendían a un número de niños inflado, es decir que muchos
infantes eran inexistentes y se inventaban nombres para aumentar el pago del
servicio. Lo que pretende el gobierno es
entregar el dinero en efectivo para que cada padre o madre, disponga de dicha cantidad para que puedan tomar la
determinación libre, incluso, inscribir a sus hijos en la estancia, que no es más que una guardería,
en la que estaba antes. Aquellos que pedían la correcta asistencia, después de
la tragedia de la estancia ABC, en donde por un incendio murieron infantes,
ahora les importa mucho seguir con un servicio de guarderías que el gobierno ha
otorgado a particulares y no defender que el
Estado comience una etapa de desprivatización para cumplir sus
obligaciones sociales y no dejar tales en manos de particulares con
presupuestos de servicios, que han sido sobrevaluados y un mero negocio sin
observar la labor social que de dichos servicios emanan.