Con falsedades, como calificar de ilegal, la votación popular para elegir o no, el proyecto del aeropuerto de Texcoco o señalar que de ganar el proyecto de Santa Lucía, traería fuga de capitales y la devaluación del peso más grande de la historia; se trató de intimidar a los votantes como se intentó de igual manera en las elecciones presidenciales , sin embargo los votantes no se intimidaron, y les volvieron a dar la espalda a los medios de control masivo, exponiendo su inoperancia que no quieren reconocer, por lo que el 69.9 por ciento del millón 69 mil de los que emitieron su voto, se inclinaron en contra del aeropuerto de Texcoco, por lo que Andrés Manuel López Obrador ha concluido, se fortalezca el aeropuerto de la Ciudad de México y no el jugoso botín empresarial. aunque especialistas en finanzas se han pronunciado que la determinación del presidente electo de respetar la consulta popular no tiene alcances magnoeconómicos para afectar la alza o baja del peso; ahora el próximo presidente tendrá que esperar colgarse la banda para poder evitar los chantajes y las manipulaciones financieras como las que se vivieron el día de ayer, minutos después de que se anunció el aborto al Proyecto ecocida de Texcoco, en donde los magnoempresarios comenzaron a jugar con el alza del dólar sobre el peso, así como también se deberán revisar los contratos firmados para tal construcción, y analizar si cuentan con vicios legales que podrían generar su nulidad, como fue que se involucraron los Afores para el proyecto y si existen responsables civiles y penales al respecto. Pero por lo pronto, se dice rotundamente NO a Texcoco, con dedicatoria para aquellos que decían que Andrés Manuel López Obrador desde antes de gobernar, no cumpliría su palabra empeñada, en sus promesas de campaña.