viernes, 26 de octubre de 2018

MOMENTOS HISTORICOS DE OTRO PRESIDENCIALISMO EN MEXICO





















Después del presidencialismo dictatorial en la Historia pasada y  reciente de nuestro país, no se puede negar que es emotivo, que un Presidente de la República electo y   en días de tomar funciones, en vez de negar la tragedia que vive México, determine con firmeza, reconocer el Estado Fallido y en vez de contraponerse al pueblo, pedir su mano para caminar juntos. Andrés Manuel López Obrador  quien llega democráticamente  y sin ayuda de los poderes fácticos, como nunca antes otro; ha reconocido que en nuestro país existen perseguidos, desaparecidos, víctimas de Estado,  violaciones a los derechos humanos, apoderamiento empresarial y obstrucción al periodismo, abusos militares y mal uso de los cargos públicos, comenzando con el Presidente de la República.  Tal situación marca a las nuevas generaciones y las separan de aquellas que vivieron el presidencialismo militar, luego el presidencialismo dictatorial  y finalmente el presidencialismo empresarial, pero  que nunca, -por lo que es un hecho inédito-, la llegada a la presidencia de un luchador de izquierda, que no deja de ser político, pero que ha demostrado diferentes ideales para  el común denominador de los políticos, que han sido tan oportunistas como sus partidos políticos a que pertenecen. López Obrador llega con un nuevo partido formado por él; sin  el pesado compromiso de deber favores a la esfera empresarial, sindical, partidista, política, ni  a la industria enviciada del periodismo servil, y  quizá sí, con  una mano desconocida y exterior, que dio el golpe en la mesa para respetar la determinación popular en las urnas y al pueblo que en una mayoría contundente, lo eligió como presidente. Ante este panorama, López Obrador llega con un poder absoluto, más que el poder que pudo tener Echeverría, López Portillo,  Salinas de Gortari, Vicente Fox y cualquiera de los Presidentes de México, incluyendo a Peña Nieto quien ha terminado debilitado. Sin embargo, de todos ellos, es el próximo presidente poderoso pero con diferentes frentes de enemigos, quien parece haber determinado querer acabar con el abuso,  el despilfarro y el saqueo que ha llevado a un país rico  a ser una comunidad miserable y violenta por causa de su mal gobierno, de la manipulación social y por el descuido del pueblo, que tal y como lo hace quien será Presidente del país, también es hora, de que asuma sus responsabilidades,  y pueda darse cuenta que debemos defender y aportar  en este avance político,  que no está muy cerca de ser la cuarta transformación del país, al menos en el aspecto revolucionario e ideológico, pero que abre puertas a una etapa que puede tener alta dosis de humanismo.