A penas el 15 de septiembre salieron en el balcón juntos, y
ahora están unidos en un procedimiento de divorcio voluntario. Las farsas del
Presidente Peña Nieto se están derrumbando una por una, a días de terminar su
mandato constitucional. Ayer se hizo saber por un noticiario de Jalisco, que
Peña y su esposa Angélica Rivera se están divorciando, en un procedimiento sin
mayores controversias, con el fin de que así como el calendario marque el uno
de diciembre, y el reloj lo avale; así también, la pareja quede con el vínculo matrimonial roto y en posibilidades de
contraer nuevas nupcias. El Presidente
del país parece quedarse solo, mientras que su esposa, mantiene las luces de
los reflectores, mismas que le alumbraron a nivel internacional, antes de contraer matrimonio con Peña, y mismas que la siguieron alumbrando durante las giras
presidenciales y que ahora le demandan su aparición en Cine.