domingo, 1 de agosto de 2021

DEDICADO A LOS CALCAMENTES

 




















ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-La culpabilidad que debe definirse sobre el saqueo, tortura,  y otro tipo de crímenes de los expresidentes de México en cuanto a las acciones que no han prescrito y cuya persecución es oficiosa, compete de manera irrenunciable a la Fiscalía General de la República que guarda independencia  del Presidente de la República, conforme a la ley, por lo que su  acción de procuración de justicia no es ni negociable ni está a consideración de las mayorías, como está de moda que lo repitan los merolicos victimas del aleccionamiento  sistematizado; pero cuya situación es  cierta,  y que han utilizado los voceros al servicio del empresariado saqueador para que los discípulos mentales  lo repitan, y un Presidente con desbordante popularidad y aceptación como el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador apueste al distractor  de todo esto, para seguir realizando sus operaciones de gobierno sin que el poder económico y fáctico, entorpezca la transformación de la vida pública del país. Por lo que el punto de la polémica es la consulta popular para juzgar o no a los expresidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, pero  nadie polemiza sobre  el decreto de liberación que  en la semana pasada, pronunció el Presidente, que además de beneficiar a quienes están privados de su libertad por procesos indebidos y con  condiciones poco humanistas, también golpea a la corrupción penitenciaria, ministerial y judicial que es el ataque de fondo, aunque tenga un efecto más espectacular en la forma. De ser este el punto de mayor atención que la consulta popular, habría mayor desgaste con el empresariado que de manera oscura,  ha conseguido la  semiprivatización  de los reclusorios del país y cuya conveniencia  también radicaba en tener más población en ellos.  A continuación me explico con la idea inicial. La consulta ciudadana respecto a la pregunta: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas, repito, políticas;  tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminada a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”, es una pregunta que  se realiza como acción   a la nueva política del  Presidente del país,  y no está sujeta al accionar de la Fiscalía encargada de la persecución del delito, por lo que es únicamente el Presidente quien debe esperar la resolución de sus mandantes y  si es que  su investidura debe investigar y en su caso denunciar las decisiones políticas que deben analizarse, organizarse y accionarse en un posible  comité   de la verdad y de honor y   justicia,  que pueda proporcionar una evidencia histórica y en su caso dar vista a la autoridad ministerial de un mal accionar de los anteriores encargados de la presidencia del país, es decir, que tal acción que estará condicionada a un sí o a un no de la mayoría, es independiente  a la obligatoriedad de la autoridad penal de una acción jurídica, o de todo aquel que se sienta agraviado y con pruebas suficientes de su dicho, es decir cualquier partido político, organización no gubernamental, gubernamental o ciudadano común,  no estará limitado a realizar denuncia o querella,   ni habrá acción de amnistía o una vez existiendo sentencia, de indulto, que pueda excluir del cumplimiento de su pena a los expresidentes en caso de que la votación tuviera como resultado un “no emprender procedimiento contra Salinas, Zedillo, Fox. Calderón o Peña”. Tal es el caso, de que el propio Presidente López Obrador, antes de ser Presidente y como ciudadano común,  no se ha privado de denunciar a expresidentes, cuya acción en anteriores gobiernos fue reservada y que  sería valido que el  ciudadano inteligente y crítico y no los calcamentes repetidores, pudiera  preguntarse: -¿porqué lo que denunció el hoy Presidente López cuando había un  sistema solapador, no ha sido retomado por la fiscalía hoy renovadora?,  en vez de  repetir como pericos, lo que les mandan los condicionadores mediáticos, de  que “la ley no puede ser negociada”, y que hace unos sexenios, la cantaleta  repetidora era “en la democracia se gana  hasta con un solo voto”. Más en www.somoselespectador.blogspot.com