Sí algo tienen los políticos de izquierda es oficio. Así como parlanchínes del micrófono y politiquillos apresuraban a López Obrador cuando era Jefe de la Ciudad de México a pagar la supuesta deuda de millones de pesos por el predio de El Encino, en donde Diego Fernández de Cevallos estaba metido hasta "la nariz", y que López finalmente fue judicialmente excluido de vaciar el patrimonio capitalino; ahora supuestos conocedores de derecho internacional y de la alta diplomacia, le truenan los dedos para que felicite al candidato Joe Biden por haber derrotado a Donald Trump en las urnas de elección presidencial de los Estados Unidos como lo gritan y repiten, los medios de condicionamiento a nivel internacional. Sin embargo el Presidente de México a diferencia de otros Jefes de Estado y pese a la presión de la Embajada de Estados Unidos en México, ha determinado todavía no felicitar a Biden, en virtud de que no ha sido oficializada su victoria electoral y mucho menos se le ha declarado Presidente electo de los Estados Unidos de Norteamérica, a lo que Andrés López ha llamado prudencia diplomática y respeto a los tiempos electorales de los otros países como un acto no intervencionista, y así evitar el ridículo que hizo el presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando fue de los primeros en felicitar al presidente espúreo, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa en el fraude electoral del 2006,aún cuando no se acababan de contar los votos. Las lenguas venenosas quienes decían que López Obrador era un peligro para México y que Donald Trump iba a acabar con el mundo, ahora ante tal situación, se gastan la saliva tratando de espantar a los ignorantes, al señalar que el retardo de abrazo festivo, pone en riesgo las relaciones mexicoamericanas, más que Canadá como socio trilateral ya felicitó al supuesto ganador gringo; pero el mandatario mexicano no se come el torito y vuelve a hacer la faena.
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