Después de utilizar todas las trampas jurídicas y políticas para salirse con la suya como delincuente, y de recibir un máximo apoyo de los medios de comunicación a los cuales como funcionaria pública pudo comprar para el gobierno del cual participaba; ahora María del Rosario Robles Berlanga está a unas horas de presentar su petición para que sea considerada como Testigo Colaborador y de tal manera, aceptar la existencia de la Estafa Maestra, que había negado hasta el cansancio bajo el argumento de ser una perseguida con abusos autoritarios. Ahora la acusada está apunto de reconocer lo que siempre se ha sabido, respecto a una conducta llena de mañas, corrupción, saqueo del erario público y ejemplo modelo que describe de los pies a la cabeza, lo que fue el anterior régimen. La exsecretaria de Estado se mantenía retadora ante la acusación de fraude fiscal pero no resistió el señalamiento ministerial de aportación de nuevas probanzas sobre su participación en el crimen organizado. De efectuarse en los próximos minutos, la aceptación de Robles de su participación en la existencia de un plan de saqueo patrimonial en agravio del país, será un duro golpe a la prensa defensora de las corruptelas rosalistas y del gobierno peñista y de aquellos que atacaban al actual gobierno como fabricante de delitos como revancha política y de su falsa lucha contra la corrupción, pero principalmente, resulta un paso importante para el Estado mexicano en contra de la impunidad, ante un caso importante y prototipo de tan cancerosa conducta. La fiscalía todavía no recibe la solicitud de Rosario Robles para el criterio de oportunidad, por lo que también podría ser rechazada, pero la simple confesión de la inculpada debería ser aprovechada como un reconocimiento histórico importante de hasta donde llegó la actitud delincuencial en nuestro país y el solapamiento mediático. El otro caso pendiente para la fiscalía mexicana y de igual magnitud, es el asunto del General Cienfuegos acusado y liberado por Estados Unidos, de pertenecer a la Delincuencia Organizada, cargos de los cuales no se le ha detenido en México pero que tampoco se ha descartado de investigación y de posible responsabilidad, en un gobierno sexenal al cual le faltan muchos meses y horas por delante. Por lo pronto la propia Robles puede desvanecer su principal argumento en su defensa de estos últimos meses de su detención, que era estar encarcelada por el simple hecho de ser mujer.