Miserable no es aquel que no tiene dinero sino aquel que solamente tiene dinero.Cuando el sábado 15 de marzo de 1975 falleció el naviero y
multimillonario griego Aristóteles Onassis, su hija Cristina pasó a ser la
joven más rica del planeta, ya que su acaudalado padre le dejó una fortuna de
más de 500 millones de dólares, además de una flota formada por cincuenta y dos
barcos, entre balleneros, cruceros y petroleros. Uno de ellos, un yate de cien
metros de eslora, llevaba el nombre de Cristina, y era un regalo que su padre
le había hecho cuando cumplió tres años de vida.Pese a su enorme fortuna la joven Cristina se convirtió en
una alocada personalidad internacional adicta a toda clase de drogas. Bebía
hasta 30 botellas de Coca Cola al día, bebida que le servía para tragarse puños
de barbitúricos. Para colmo de males era una adicta sexual, por lo cual pagaba
a los hombres para que la llevaran a la cama.En 1980 realizó un intento de suicidio encontrándose en
Nueva York. Y en 1985 se casó por cuarta vez con Thierry Roussel, el padre de
su hija Athina. A pesar de que Roussel era hijo de un rico empresario, cuando
Cristina le solicitó el divorcio lo indemnizó con 75 millones de dólares.Qué triste debió de ser la vida de Cristina. Un poco antes
de morir había dicho: "Soy tan pobre que solo tengo dinero...". Los excesos del gobierno mexicano y el convencimiento amoral a su población de lo importante que debe ser lo superficial es el resultado de la corrupción que ha encarnado en el país y su simplismo en el análisis político.El actual gobierno mexicano
se enfrenta a una herencia política
y de administración pública de ilegalidad,
inmoralidad y actos tolerados acto de corrupción que llegaron a convertirse
de normal habitualidad, pero que a
diferencia de otros gobiernos que se identificaban por ser solidarios o con
renovación moral, ninguno había venido de la izquierda verdadera , y
sobretodo el mandatario en turno, no
tenía la calidad moral con la que cuenta
López Obrador, lo que le permite aguantar las críticas de quienes prefieren el
anterior sistema, sin que exista a nivel nación, un profundo análisis de la
corrupción, principal problema nacional, que sea de cara a las nuevas
generaciones con el fin de la
moralización de México, a lo que su presidente ha denominado como purificar la vida pública.