Es claro que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro no quiere entrar a grabar un capítulo unitario de "La Rosa de Guadalupe", por lo que su mal montaje de haber sufrido un atentado contra su vida, aunque mal actuado, no fue una ocurrencia del mandatario, sino una manera de presionar al nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, que parece tendrá un gobierno más entreguista a los Estados Unidos que su antecesor Juan Manuel Santos. Nicolás Maduro quien se ha rebelado al desfile organizado por Estados Unidos para que le obedezcan los mandatarios del continente, aún en contra de los intereses de sus propios países, -sin que esto signifique que Maduro sea un presidente de excelencia-, parece haber tenido una idea contraproducente al montar el atentado de drones, que aunque ha servido de pretexto para eliminar adversarios internos, en la vitrina internacional ha quedado como el payasito de los cuentos, ante su desesperación de defenderse contra el bloque de países americanos, compuesto por Argentina,
Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guyana, Guatemala, Honduras,Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía que prefieren los beneficios que se obtienen estando del lado de los Estados Unidos y no del lado de la no intervención de los pueblos. Ahora la OEA, está en espera, de cuál será la política exterior de México con la llegada del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, cuyo país en estos momentos no se ha pronunciado respecto del supuesto atentado a Maduro y está muy ocupado con las negociaciones del tratado de libre comercio con los gringos, aunque el nuevo mandatario mexicano ha señalado que México será respetuoso de las políticas internas de los otros países, y el Presidente electo ha invitado a su toma de protesta a Maduro y al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.