Otra de las políticas que ha desaparecido sin asumir haber dejado en ruinas su partido es Alejandra Barrales quien utilizó como bandera de campaña para tratar de lograr la jefatura de la CDMX, la tragedia del terremoto del año pasado, cuando al cumplirse 365 días del lamentable hecho, su tan defendida corriente mancerista, no ha hecho nada para atender a los damnificados que aún están viviendo en las calles. Alejandra a horas de terminar la elección, mintió con descaro, al señalar que la contienda electoral se encontraba cerrada entre ella y Sheinbaum, sin contar que ya se había asumido la victoria morenista, de manera contundente, no solamente en la capital del país, sino también para la Presidencia de la República. En estos días nada se sabe de la que se convirtió en una ambiciosa corrupta, que seguramente está con la cara oculta, no de vergüenza, sino en espera de la desmemoria del pueblo, al estilo Mancera. ¿Dónde habrán quedado esos aires de victoria que les mostraba a los comunicadores para engañar al electorado?