No sabemos si desayunaron Lengua, pero Antonio Meade y
Andrés Manuel López Obrador se reunieron para desayunar en el domicilio particular del tabasqueño que inteligentemente procuró la cita de
reconciliación fuera de su agenda oficial y no en su oficina de asuntos
importantes. La reunión que no fue secreta, sino por el contrario dada a
conocer por López Obrador y grabada en un vídeo lanzado a las redes sociales, en
donde el presidente electo dijo “El 1 de julio por la noche me habló (Meade) por teléfono para
reconocer nuestro triunfo. En ese entonces, le expresé que
lo buscaría para conversar. Hoy nos reunimos y lo invite a desayunar aquí
en la casa porque nobleza obliga. José Antonio, el domingo 1 de julio, fue el
primero que me habló para reconocer que habíamos triunfado”, y agregó, “como
mexicanos debe haber unión y reconciliación “para sacar adelante a nuestro
querido México y llevar a cabo la cuarta transformación”. Mientras tanto el
excandidato priísta le expresó los mejores deseos para el nuevo gobierno
lopezobradorista, en lo que fue la pipa de la paz como una buena estrategia de
unión por parte del nuevo presidente y para beneficio de México quien debe estar unido y a una sola
fila a partir del uno de diciembre, porque mientras tanto, deben curarse las
heridas provocadas por aquellos que no querían un cambio y la continuación de esta desgracia del
actual gobierno neoliberal.