Ahora las escaleras en donde Andrés Manuel López Obrador realiza sus conferencias de medios en su casita blanca de transición, han sido testigos del cambio que el nuevo presidente empieza a realizar en su próximo gobierno, con la idea de que la corrupción se debe eliminar, barriendo las escaleras desde arriba para abajo y de que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre; por lo que ha puesto el ejemplo, al despachar en austeras instalaciones y proponer un nuevo tabulador en los sueldos de los funcionarios públicos, empezando por reducir el salario que percibirá el Presidente de la República. Tales acciones de no corrupción, ni abuso, pueden servir de inspiración y saneamiento para quienes se encuentran poco y muy abajo del escalón del Presidente, para formar un mejor gobierno y una mejor sociedad.