La regla general es que un gobierno debe tener contrapesos y oposición, sin embargo en las pasadas votaciones federales era importante que de ganar la única opción de oposición al neoliberalismo, que era la propuesta lopeobradorista, ésta llegará sin contrastes en el senado y en la cámara de diputados, tanto locales como federales, lo que finalmente ocurrió. Y es que la propuesta encabezada por Andrés Manuel López Obrador como Presidente, no se trata aparentemente, de un cambio de personal en el gobierno ni una alternancia, sino un cambio a fondo para la reegeneración de la república, como fue la propuesta señalada en campaña. De no tener carro completo, no se tendrían elementos para una contrareforma a la política neoliberalista ni se podrían imputar los buenos o malos resultados a quienes se encargarán de esta reeconstrucción. Sin embargo, a pesar de que López Obrador tiene la mayoría casi absoluta en el gobierno, es inexacto señalar que no será un mandato de contrapesos y de balances, ya que existen opositores a la política republicana cuyos intereses ya están amenazados en su voracidad financiera y que desde hace tiempo han disminuido al accionar de gobierno a cambio del accionar empresarial absolvente , y esos poderes fácticos son las empresas monopolizadoras, la industria de la comunicación, la intervención política y financiera extranjera, el control sindical y partidista y el imperio del Estado profundo, mismos que son más que suficientes para entorpecer el progreso nacionalista del país, el proyecto lopezobradorista, la independenicia educativa y la cuarta transformación ante el balance de poder.