La corrupción está muy arraigada a nuestro país por las políticas implantadas por décadas, por lo que el PRI nunca morirá mientras exista el hambre de abuso de poder y del inadecuado mandato electoral. El PRI al igual que el PRD y el PAN contienen su frustración y furia de no haber obtenido la victoria, no para hacer efectiva una política de Estado sino para poder seguir llenando sus bolsillos por medio d ela administración pública. La derrota provocada por un solo hombre, -Andrés Manuel López Obrador-, no les permite estacionarse en un período de negación, y tanto PRI, PAN y PRD piensan reorganizarse, incluso utilizar nuevos trucos como lo puede ser el cambio de nombre del partido, y sus integrantes estudian minuciosamente que es lo que pude salvar a cada uno de sus partidos, sin reconocer que la salvación de sus partidos es que ellos dejen su militancia.