El partido oficial
con un gobierno al servicio del abuso empresarial y neoriberalista, se
derrumbó a su máxima expresión, ante la lucha de un solo hombre, Andrés Manuel López
Obrador quien fue apoyado por los ciudadanos en un voto secreto y hasta
oculto. El resultado de un solo hombre y
no de una nación, no es una fuerza suficiente para acabar con el grupo aferrado al poder y a la desgracia
de nuestro país, por eso se reorganizan para volverse a reinventar, con todo y
que los votantes se comportaron de una manera madura, como nunca antes en la
historia de México. El presidente del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) de México, René Juárez Cisneros, renunció
ayer, al cargo, que ostenta desde hace menos de 70 días, y afirmó que
los malos resultados electorales del 1 de julio se explican por la distancia
que se ha creado entre la cúpula y los militantes."La transformación que
requiere el partido tiene que ser del tamaño que fue la derrota", dijo
Juárez en un mensaje a medios. "Tenemos que aprender de las grandes
lecciones", agregó. El ganador de las elecciones presidenciales fue Andrés
Manuel López Obrador, político nacionalista de izquierda que obtuvo más del 53
por ciento de los votos. El candidato del PRI, José Antonio Meade, quedó
relegado al tercer lugar con apenas un 16,4 por ciento. La dirigencia del
partido quedará al cargo de la Lic. Claudia Ruiz Massieu , familiar de Carlos
Salinas de Gortari, apoyada por Rubén
Moreira, quién asumirá la secretaría general. Por su parte el PAN también ejercerá una resistencia de poder más que de oposición y cambiará su diligencia en próximas semanas.