Es lògico que despuès de las elecciones presidenciales, el paìs todavìa estè caliente. Ni las felicitaciones de Calderòn y Fox al candidato presidencial ganador, ni el reconocimiento de Meade y Anaya de su derrota y ni el encuentro de Peña y de los voraces empresarios con el Presidente electo, pueden curar las heridas que se han provocado. Tampoco cesan los contrapuntos entre aquellos que abiertamente apoyaron a Lòpez Obrador y aquellos llamados "pendezombies" que no apoyaban al "peje" o aquellos otros, que mentìan al expresar que apoyaban a otros candidatos cuando en la intimidad de la casilla en realidad votaban por Andrès Manuel, como lo exhiben los porcentajes de sus votos a favor. Los errores se pagan y lo màs importante de ellos, es el aprendizaje. Aquellos que se dejaron llevar por la guerra mediàticaempresarial o que desconocìan votar por la izquierda, creyendo en su evidente derrota como consecuencia de otro fraude; deben ahora aceptar, que el nuevo gobierno obradorista tiene una oportunidad de beneficio de la duda, y de escribir en una hoja en blanco mientras que ellos como electores, han reducido su calidad moral ante quien serà su nuevo gobernante y quien llega menos corrupto que ellos mismos, ante su conducta preelectoral. Sin embargo el triunfo de un candidato en nada debe parecerse a un partido de fùtbol en donde se derrota al equipo rival, por lo que seguramente que el agua llegarà a su nivel al haber ganado todos los que tenemos la misma playera mexicana para apoyar y luchar por un solo objetivo que es Mèxico.. Sin embargo la situaciòn no serà de igual manera para el nuevo presidente ante los hombres de saco y corbata que querìan apoderarse de la educaciòn para privatizarla ni de aquellos que tenìan el control pleno del paìs y la opresiòn del pueblo. Los saqueadores, ahora dan la mano pero todavia no han entregado el arma.