Los que forman parte de la industria del periodismo al servicio del chayote, se encuentran muy nerviosos con el cambio de mando presidencial,y es notorio su malestar e incomodidad, al grado que ya comienzan a criticar severamente al presidente electo Andrés Manel López Obrador y a exigirle tome medidas en lo que ocurre en el país, cuando todavía ni se le ha sido entregada su constancia de Presidente electo y mucho menos ha tomado protesta y cargo constitucional. Mientras los marchantes del periodismo, critican lo que puede ser el gobierno morenista, nadie crítica por estos días, el aún abuso empresarial, la ley de seguridad interior que la Suprema Corte no ha calificado en su legalidad -con lo que exhibe su dependencia con el ejecutivo federal-, ni los nombramientos para el fiscal anticorrupción ni a los titulares de la Procuraduría General de la República; ni el desenfreno de asesinatos que es responsabilidad de Peña Nieto. A los vendedores del periodismo, les preocupa la mayoría en el Congreso por parte de MORENA, cuando nunca señalaron las alianzas priperrepanistas para vender los recursos naturales del País, ni apuntaron con sus dedos a quien se ha enriquecido con monopolios, que la constitución señala de anticonstitucionales. En realidad lo que más les preocupa, es perder una partida presupuestal para hablar bien de las obras de gobierno, los subsidios en sus letras y palabras y la clausura de las carteras de quien de manera subterránea, los mantenían.