lunes, 30 de julio de 2018

EL CHAYOTE Y EL SOBORNO PERIODISTICO AL FINAL DE UN SEXENIO





















Todavía tienen que desquitar "el chayote" algunos escribanos y parlanchines  que fueron pagados por anticipado en el actual gobierno. Y ahí los vemos atacar  al gobierno llegante que  ni siquiera empieza. Las partidas presupuestales para la prensa como acto de dominio deben terminar de una vez por todas, no solamente como un acto de austeridad sino como un acto de  libertad de expresión y de información para quien lo emite y para quien lo capta. Es increíble que en el sexenio peñista,  el ochenta por ciento del presupuesto del programa social  CRUZADA CONTRA EL HAMBRE, se haya ido en propaganda  y no en su accionar. con ésto, no solamente  no se cumple con el fin de la acción de gobierno sino que también se patrocinan espacios que una vez comprometidos no denuncian su mal funcionar y  solapan sus malas acciones describiéndolas como buenas y atacan a sus adversarios políticos. La guerra sucia no hubiera sido posible en estos años, sin la prostitución de los medios informativos y de los comunicadores que de manera deshonesta y no por convicción política,  atacaron una propuesta de gobierno para defender sus  propios intereses, sin embargo el periodismo independiente que únicamente  se encuentra -hoy día- en los portales digitales, hicieron que el candidato ganador de la presidencia de la República dijera ¡benditas redes sociales!. Publirrealcionistas, Jefes de Prensa  y de comunicación social   a su conveniencia decían ignorar la definición de periodista  que se describe Ley para la Protección  de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, -que los describe como  las personas físicas  así como medios de comunicación comunitarios, privados, independientes, universitarios, experimentales,  o de cualquier otra índole, cuyo  trabajo consiste en recabar, generar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información, a través de cualquier  medio de difusión y comunicación que  pueda ser impreso, radioeléctrico, digital o imagen-, Y que decían ignorarlo para únicamente dar acceso a la información a aquellos que ejercen un periodismo cómodo a ciertos intereses y servil; sin embargo la política izquierdista que ahora va a gobernar, no podrá sustituir estos términos ni mantener a los que han hecho una industria de sobornos disfrazados de periodismo para los beneficios de su canal y de sus bolsillos propios. Soborno y corrupción que se traducen en el ataque sin fundamentos a la propuesta contraria, difamación, vendimia de reconocimientos y halagos,  amenaza constante en la vida privada y bondades inventadas para el pagador, son prácticas que deben extinguirse  en el periodismo como se va extinguiendo el régimen caduco de gobierno.