Ahora que el primer Presidente legítimo y con legitimidad que México ha tenido desde hace muchos años, cuestiona la falta de espacios autónomos, democráticos y sin manipulación en los medios de comunicación y la ausencia de la comunidad universitaria y especialmente de la UNAM, cuando el comienzo del neoliberalismo en México con el fraude salinista y consentido con el candidato ganador, y posteriormente el Fraude de Calderón, y los engaños presidencialistas de Fox y de Peña; es que la polémica puesta en lamesa sobre la estática universitaria, fue contestada por los priprdpanistas, por los voceros del aplastamiento empresarial, por los antiprogresistas, por los columnistas con partidas presupuestales en pago a sus conciencias, pero no por los universitarios, a los que les bastaron treinta años para convertirse en una clase individualista, inoperante e impreparada. Mientras sus abuelos acudían a repartir volantes a rectoría, para comunicar a la comunidad universitaria, las fechas de las asambleas informativas de resistencia díazordalista, seguramente sus padres, realizaban enormes filas afuera de Televisa San Angel para entrar al programa "Otro Rollo". Porque la revolución electorera del 2018 no fue guiada ni encaminada por universitarios en un plan de conciencia pacífico, sino por la confianza ciudadana a la honestidad comprobada hacia un solo hombre y los pactos electoreros de un plan llamado "MORENA" como mal necesario y recurso único para el desmantelamiento del presidencialismo controlado en México.