jueves, 21 de octubre de 2021

ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO

 























La credibilidad es una pasta de dientes que una vez salida del tubo ya no se puede volver a establecer tal y como estaba antes de ser expulsarla. Cuando un gobierno tiene credibilidad y es consecuencia del apoyo popular pero  no de factores tramposos y en su caso ventajistas,  por la ayuda de sectores  que fueron creados como un sistema de funcionalidad sin importar la conservación democrática; si está saneado,  entonces es capaz de encabezar verdaderos cambios en la administración pública, en el gobierno y en el sistema, con aspiraciones elevadas que solamente puede alcanzar un gobierno elevado. Cuando los vicios del presidencialismo y del ventajismo empresarial comienzan a limitarse, a sanearse y a adecuarse a su  deber de mandatario, entonces el gobierno es un aliado servidor del pueblo y  su accionar parece seguir un mandamiento derivado de las canciones de protesta, que demandaban en sus notas lo que tendría que hacer un buen gobierno y que ahora lo hace. Sin embargo la dirección que debe tomar el Estado, de ninguna manera, es responsabilidad exclusiva del gobierno, también  la capacidad de asumir es responsabilidad del pueblo, ya que  la población pasiva es aquella que ha sido manipulada para no reaccionar, debido a  que se le ha  engañado al hacerle sentir  que era un mandante cuando en realidad  su mandatario se convirtió en mandante, con la costumbre estúpida e ignorante , que se basa en el principio  de " yo mando, él obedece; yo pago para que el gobernante solucione; yo al votar he cumplido; los políticos reciben un sueldo parte de mis impuestos para que ellos solucionen". y entonces al final de cuentas, la figura del "papá gobierno" nos condena a que si tenemos un mal padre, tenemos que aguantar las calamidades, pero si el padre es bueno, entonces solamente  tendremos que esperar sus beneficios. Así es que   la realidad nos arrastra a que un pueblo como el mexicano puede dividirse entre los manipulados y los no manipulados, pero al final de cuentas, el Estado mexicano, no está preparado para asumir sus responsabilidades y brindar soluciones, y lo que es peor,   no está preparado sobre  que hacer ante un mal gobierno pero tampoco está preparado para que hacer ante un buen gobierno.Más en www.somoselespectador.blogspot.com