La sobrevivencia civilizada se basa en el intercambio de mercancías o servicios a cargo de dinero, por lo que la ganancia no es una situación pecaminosa, sin embargo, también es cierto que la actividad humana no es única y exclusivamente la ganancia, razón por la cual existen vocaciones, oficios, profesiones y otro tipo de prestezas cuya prioridad debe ser la función social, el interés general y la funcionalidad colectiva. El periodismo y el manejo de la comunicación formativa e informativa, es un ejercicio casi sacramental y misionero, que quienes intervienen en tal actividad, sería preferente que tuvieran un ingreso alterno a la actividad informativa, para estar en condiciones de interponer la vocación antes que la ganancia económica. El periodista que resiste amenazas, persecuciones, ataques e intercambia las relaciones públicas, la fama y posiciones cómodas por la veracidad, seguramente disfruta los sacrificios por el objetivo esencial de su profesión, y cuyos comunicadores se pueden encontrar en lugares rurales golpeados, en realizadores de gacetas universitarias, en posiciones alejadas a las corruptelas del poder y de la distorsión informativa y en portales de internet, o bajo el apoyo, cada vez menor, de la valentía de una dirección de un diario o la organización honesta de un concesionario radiofónico que mientras más modesto resulta el medio informativo más honesto también lo es, en su desenvolvimiento informativo. Pero los periodistas afamados, reconocidos, permanentemente galardonados, envuelto de patrocinios poderosos y aquellos que son dueños de la concesión de toda una cadena de radio o de televisión, acaso también desarrollan una vocación o será que utilizan los medios de comunicación como un negocio, que no solamente se alimente del canal a disposición sino de los acuerdos y oportunidades de gobierno y empresariales que puedan surgir del propio medio de comunicación.Más
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