Se acabó para muchos la fantasía migratoria, el respeto a la soberanía y el hombre humanista que con la espada de damocles vencía a Trump, que para muchos significaba Joe Biden ante su juramento bíblico en una fiesta parecida al Súper Tazón para pasar por desapercibido el derrumbe electoral de los Estados Unidos. Solamente los de pensamiento fácil y que desconocen el historial invasor, ilegal y abusivo de los Estados Unidos y la carrera política de Biden que siempre se ha declarado en favor de un muro fronterizo podrían suponer que el nuevo Presidente de los Estados Unidos sería igual de sincero que su antecesor. Sin embargo aún con el dominio militar, económico, político y un cheque al portador con un México rico pero arruinadamente hipotecado; el presidente de México a diferencia de sus arrastrados antecesores parece querer poner límites e intentar una autosuficiencia productiva aunque muy limitada por el descuido y vendepatrias de los anteriores gobiernos mexicanos. Hace unos años Joe Biden hablaba de la importancia de construir un Muro fronterizo que dividiera a Estados Unidos de Latinoamérica, cual reja de contención para animales; con tal de ganar votos presidenciales, prefirió no mencionar más ese asunto. Hace años López Obrador hablaba de la importancia de imponer la soberanía de nuestro país ante los gobiernos estadounidenses, y ahora que es Presidente de México, señala: -“Para empezar, nosotros no nos metemos a opinar sobre violaciones de derechos humanos en Estados Unidos; somos respetuosos. No podemos opinar sobre lo que sucede en otro país, entonces, ¿por qué el gobierno de Estados Unidos opina sobre cuestiones que sólo competen a los mexicanos?”-, señaló el mandatario apenas ayer, en conferencia de prensa desde Palacio Nacional sobre la mención a México en el reciente informe del Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos y con diferentes alusiones de la vida política interna del país en el reporte de Washington. Más en www.somoselespectador.blogspot.com