Desesperado por llamar la atención y treparse a su ambición política de querer ser Presidente de la República, el candidato panista-perredista, Ricardo Anaya, escaló imprudentemente los postes que sostenían su templete para sentirse según él, cercano a la gente y seguramente a los andalos, que realizan esas acciones en las calles. Entre corruptos y payasitos de la política, parece encontrarse sola la candidata de fórmula, Alejandra Barrales en su defensa por continuar la política mancerista en la Ciudad Capital. Mientras tanto, entre tanta maroma y teatro, Anaya señaló “Allá en Los Pinos vayan preparando sus maletas, sus días
están contados. Desde el sur de Veracruz les decimos: ¡Fuera!” El expresidente panista
agregó que se encuentra en empate técnico con López Obrador, dado que el PRI le
falló a México y ya nadie confía en ellos.