Al igual que el
secretario de Comunicaciones y
transportes, Gerardo Ruíz Esparza responsable de víctimas mortales por el socavón, solicitó disculpas sin presentar su renuncia; ahora de igual manera, "el Generalote" Salvador Cienfuegos, Secretario de la Defensa Nacional, se disculpó por el accidente del viernes al caer un helicóptero propiedad de la dependencia
que mató a 14 personas y en el que viajaban el secretario de Gobernación,
Alfonso Navarrete y el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat. En el caso de Cienfuegos, es
la segunda vez que pide su perdón. La primera vez fue por la tortura de una mujer por
parte del ejército. El uniformado
militar al referirse al accidente aéreo señaló: “No es algo que yo hubiera ordenado”, -y aseguró que el polvo que levantó la
aeronave y la hora de vuelo nocturno fue lo que provocó el accidente-. Sin embargo
porqué elegir el aterrizaje en una zona y hora complicada con el fin de un deslumbrón de
los funcionarios que querían sacarse la foto con inmediatez, para que se supiera que estaban muy preocupados en saber
que había ocurrido en esa zona a instantes del sismo
con epicentro en Oaxaca, del
pasado 16 de febrero, y en donde pudieron estar al tanto de diversas formas en ese momento. Se ha dado a conocer que la suma de fallecidos por dicho accidente es de 13
personas, entre ellas un bebé de cuatro meses y dos niñas, mismos que murieron por el impacto en tierra
del helicóptero que transportó al secretario de Gobernación de México, Alfonso
Navarrete Prida sin que él ni sus acompañantes hayan sufrido daño alguno. Navarrete Prida, puntualizó que su decisión de desplazarse a aquella entidad luego
del sismo de 7.2 grados, no fue protagonismo sino responsabilidad, mientras que
Cienfuegos, con el usted disculpe, agregó que no puede hacer nada más que disculparse, ya que
le es imposible regresarles la vida a los fallecidos. Mientras tanto dichos
funcionarios y el mismo Presidente Peña parecen carecer de tinta en sus plumas
para escribir en papel, las peticiones y solicitudes de las renuncias respectivas a sus cargos, lo que
nos recuerda aquel celebre “No te preocupes Rosario”, por parte del Presidente Peña con que tranquilizaba a Rosario Robles por sus fallas y
denuncias de corrupción en su Secretaría.