martes, 27 de febrero de 2018

SIN MEDIOS ENMEDIO














El hastío político a cambio de lo no substancial de las redes sociales, y el dictador subconsciente  de un objetivo determinado,  es el cometido de los medios  de control mediático, que dan importancia a lo banal y realizan un fusilamiento mental de aquello que puede desfavorecer al control social, político, económico y hasta cultural  en la trayectoria en que quieren encaminarse. Los abuelos que presumen que las familias de otras épocas se sentaban unidas a la mesa a comer después de acudir a misa,  como un acto de disciplina sembrado por los miembros de las propias familias, quizá sufrirían una desilusión si supieran que hasta esos comportamientos que señalamos como benéficos, también eran marcados por los medios masivos de aquellos tiempos y que esas costumbres fueron desbaratadas  por los mismos condicionamientos mediáticos a su conveniencia. Son los medios los formadores y deformadores y cuya acción es eficaz  al acompañarse  de una estrategia educativa. La religión llevada al fanatismo, el deportivismo  borrado por la  competencia de comercialización y la moda junto con la tecnología, entablada  a una  regla obligatoria de vida; son los compases  para que el receptor obedezca de manera complaciente.  El lineamiento editorial de las empresas de comunicación orillan a un solo sentido al comunicado, los medios independientes son corrompidos y aquellos otros, que difunden ideas de manera independiente, son intimidados y presionados por no unirse al gusto de la clase dominante para manipular a las masas. Las mejores técnicas para idiotizar  se han empleado en la televisión, medios impresos, la radio, el internet, artículos auditivos y visuales,  incluyendo los videojuegos y la música.  La fórmula mágica que tiene el receptor para no ser contaminado de ideas falsas, es darse por sabedor y tener por entendido que todo lo contrario a lo que dicen los medios, es la realidad,  y lo que aparece en ellos es lo que se quiere con urgencia se sepa y se difunda, es decir, ellos marcan la agenda informativa y no los sucesos. Por eso cuando durante más de diez años en México  se difunden asesinatos con un  detalle a detalle  de crueldad, y se habla de una lucha contra el narcotráfico, es importante analizar si nos encontramos frente a una lucha contra el crimen organizado o si nos encontramos frente a un terrorismo impulsado desde los medios de control masivo con el fin de lograr una división  temeraria, pero con la gravedad de que no está basada en hechos exagerados, sino solventados por acciones criminales conjuntas para cumplir el objetivo. Lo mismo sucede en el caso del  actual Presidente de los Estados Unidos a nivel mundial, en donde el lineamiento internacional de quienes controlan los medios informativos y el mundo financiero es señalar a  un tirano demente, para justificar actos de gobierno, tomados de manera conjunta  y  así evitar  se dañe  la imagen de un País de por vida. Históricamente, debemos recordar que los capítulos más desgarrantes de Alemania en contra de la humanidad, los asociamos directamente a Hitler y no al gobierno y a la tolerancia que tuvo esa nación.