miércoles, 28 de febrero de 2018

ELIMINAR LOS ABUSOS NOTARIALES NO ESTA EN LA AGENDA DE LOS CANDIDATOS NI LEGISLADORES















Cada vez hay más meses del testamento. Primero fue septiembre, luego agosto y septiembre y ahora hasta principios de año. Según se trata de acciones  en favor de los ciudadanos respecto al derecho sucesorio y otros programas de lo notarial disfrazados de una labor social y de programas de gobierno como el mentado “Abogado en Tu casa”,  por parte de los Notarios y que no es más que a beneficio de estos  mercaderes oportunistas.  En el Estado de México pese a las objeciones de nombrar como notarios a personajes con tráfico de influencias, -inclusive parientes cercanos al Presidente de la República-, todo fue en vano pues los vividores del derecho fueron avalados por los altos tribunales. Los tres candidatos a la Presidencia de la República ni siquiera tienen agendado este problema, en donde el adquisidor de un bien inmueble, como producto de su intenso trabajo, tiene que compartir un equivalente de su patrimonio, al tener que pagar la escrituración al Notario, quien solo con estampar una firma, obtendrá una ganancia proporcional del valor del inmueble que se escritura. Desde años remotos los oportunistas escribanos, en vez de tener notarias numeradas  como ahora, se adjuntaban al amparo de un Santo, para envestirse de Fe Pública y poder cobrar por dar parte de los hechos que en su presencia se celebraban y que solamente así gozaban de credibilidad, lo que hoy es el acto indubitable y que sin dicha formalidad, resultan nulos.  La certeza  del acto avalado por un fedatario público resulta necesario y explicable, sin embargo nosotros hemos expuesto en diferentes foros, la necesidad de que el tribunal Superior de Justicia de cada Estado, establezca los juzgados de lo Notarial, en donde un Juez de lo Notarial ante la Fe Pública de su secretario de acuerdos, atiendan las solicitudes de escrituración, sucesión en su etapa adjudicatoria,  vía jurisdicción voluntaria, y de esta manera se elimine el lucro notarial, por un menor costo, que únicamente pueda alimentar al legarío público para el sostén de los propios juzgados y no en beneficio de enriquecimiento de particulares, como lo son los abusivos y vividores notarios.  Sin embargo los altos mandos del poder y la influencia, cada uno, tiene a su "gato incondicional" que le legitima sus actos de manera fehaciente, y es su notario de cabecera, al que no les conviene eliminar.