miércoles, 21 de febrero de 2018

PERSIANAS AMA-RILLAS











La empresa Televisa decidió romper toda relación con el director de cine Gustavo Loza, luego de la denuncia que hiciera la actriz Karla Souza de que al inicio de su carrera fue abusada sexualmente por un director, del que no dio nombre.En un comunicado emitido el martes, la televisora indicó que después de una investigación preliminar cancelaría cualquier proyecto que contemple la participación de Loza, aunque aclaró que no ha sido empleado de la empresa, pero que ha colaborado en proyectos. Karla Souza reveló a la periodista Carmen Aristegui que un productor —cuyo nombre no quiso decir, pero lo describió como alguien "carismático" y que "le va muy bien en la carrera"— la tocó violentamente y terminó violándola.La actriz mexicana filmó un proyecto con él durante un mes, en el cual, ella estuvo hospedada en un hotel diferente al resto de sus compañeros. "Ingenuamente dije: '¡ay, qué lindos! Me tocó el hotel bonito'". Pero el resto del equipo pronto se dio cuenta que solo estaban ella y el director, de acuerdo con una entrevista para CNN en Español. Con el  fenómeno dado en Estados Unidos como otra estrategia para desprestigiar al gobierno de Donald Trump, se ha logrado que  muchos se atrevan a denunciar el acoso situación que es excelente, pero por otro dado, el señalado queda sujeto a un juicio condenatorio  e instantáneo,  condenado a la guillotina de la doble moral, sin haberse comprobado su responsabilidad del acto que se le acusa y sentenciado de manera inquisitoria y mediática, en vez de ventilarse tan delicados asuntos, en el momento oportuno y ante las autoridades ministeriales que sean competentes. No dudamos de la palabra de una persona con tanta honorabilidad como lo es Karla, pero si ponemos en tela  de juicio, el proceder inquisitorio, para aquel que tiene derecho a defenderse y cuya responsabilidad no ha sido comprobada, sin que esto implique, desalentar la denuncia de acoso o violación realizada  por hombres o mujeres contra  otros hombres o mujeres y tampoco arrinconarla como un problema de género.