Con el afán de intervenir de manera contundente en las
elecciones presidenciales en México que se efectuarán este año, el hombre de
las tinieblas cuyo accionar empresarial y social y desde luego político, era
casi imperceptible, ahora tiene que aparecer a realizar el trabajo sucio ante la ascendente amenaza de que el electorado pueda votar de manera contundente, por el proyecto izquierdista que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Y nos referimos a Claudio X González Laporte, el verdadero influyente y rey
empresarial en tierra azteca. Administrador pleno de Kimberly Clark y el
Consejo Mexicano de Negocios, líder moral de grupos como Posadas, Industrias Peñoes,
FEMSA, Alfa, Bachocho, BANAMEX, BIMBO, y el mandamás de Grupo Televisa, en
donde estructuró un proyecto con vista para privatizar la educación en México y para que el
estudiantado tuviera como alimento educativo, el cereal electrónico que brinda la televisión. El ejecutivo que puede apreciar con normalidad, incluso privatizar el agua en el País, como base de la neomodernización del milenio, dicen no ha quitado el dedo del renglón de que sea Aurelio Nuño Mayer, exsecretario de educación Pública, el
candidato por el PRI a la Presidencia de la República y desbancar a José Antonio Meade Kuribreña, el actual candidato. Claudio X González renunció a la mesa principal de Televisa, debido a que su hijo Pablo,
ahora es parte del Cómite estratégico de América Móvil, grupo de Carlos Slim en
contrapunto; y mientras que a su otro hijo, de nombre Claudio X. González Guajardo, lo ha colocado
en patronatos de BBVA Bancomer, de la Fundación de Estudios Superiores del Instituto Tecnológico de
Monterrey y Fundación Televisa, así como activista de fundaciones como Mexicanos
Primero, UNETE y Bécalos, organismos
relacionados con la educación y con la construcción de escuelas por cada gol
del América o de la selección nacional. El super empresario que utiliza la letra
muerta de la prohibición de los monopolios en la Constitución y el tráfico de influencias, tampoco mira con malos ojos a Ricardo Anaya Cortés, candidato del PAN, como su segunda opción para la silla presidencial -y que en un principio era Margarita Zavala-, aunque en sus venas corre sangre
priísta y antiobradorista, por lo que con el control que obtiene de los medios
de comunicación, es que por su escritorio pasan, para su visto bueno, las campañas
mediáticas y negras que pueden llegar a difundirse. Bueno esto es lo que dicen
sus retractores, que seguramente son envidiosos de la media empresa y no así, aquellas
multimillonarias familias que lo observan como un hombre de negocios ejemplar y
orgullo de lo que hoy es México. Y ¿qué es hoy México?. Bueno de éso, usted tiene la mejor
respuesta.