En los últimos años, “la corrupción regresó a la Ciudad”, dijo Sheinbaum ante sus seguidores reunidos en el barrio de la Asunción en Iztacalco, al cierre de su precampaña política. “Por eso regresó la delincuencia a la Ciudad de México, por eso la inseguridad” agregó al señalar que no hay interés en resolver los problemas de la gente.“La delincuencia esta peor que nunca, el metro esta peor que nunca, los servicios de salud están muy mal, las escuelas están dañadas después del sismo, también hay viviendas dañadas y no las han atendido”, pero, cuestionó, “¿dónde están los presupuestos? ¿Dónde está el dinero? nosotros, representamos un proyecto de rescate de los recursos del pueblo y eso vamos a hacer, un programa que acabe con la corrupción”. Si hay recursos cuando los presupuestos se administran con honestidad”, finalizó Sheinbaum acompañada de los senadores Dolores Padierna y Mario Delgado; los actores Elizabeth Aguilar, Vanessa Bauche y Ausencio Cruz; los académicos Enrique Dussel y Hernán Gómez, hasta Antonio Atolini, ex líder del movimiento #YoSoy132, entre otras figuras públicas. Mientras tanto su opositora, Alejandra Barrales Magdaleno, sin la compañía de Miguel Angel Mancera, quien desde el
sábado anunció que no acompañaría a Barrales, -seguramente para no
desprestigiarla, con su plan de gobierno
que al fin y al cabo pretende ser una continuación mancerista-, la
precandidata a la Jefatura de Gobierno por el PRD, PAN y Movimiento Ciudadano, aseguró en su cierre de precampaña, que está en un empate
técnico con Claudia Sheinbaum, precandidata de Morena y señaló “Les voy a decir
algo muy claro, soy una mujer demócrata, yo soy una constructora de la
democracia en la ciudad y en el país, yo sé ganar en las urnas y ahí les vamos
a ganar, vamos a ganar por la buena”, y
agregó,“Debemos iniciar un nuevo reto: conservar la Ciudad para continuar con
la defensa de los derechos laborales y humanos de los capitalinos y las capitalinas”.
Barrales es la defensora de un cascaron perredista invadido por las condiciones
panistas, , en donde ya no marchan a sus lados importantes políticos y las
multitudes a las que siempre les daba cita.
