Los que patrocinaban pillos y que también eran pillos, los que eran centros de alabos por los arrastrados interesados y quienes no creían en la transformación de la vida pública del país, esperando que el ejecutivo federal doblaría sus manos; ahora sí se dan cuenta que la fumigación de ratas va en serio, ante la caída de uno de los poderosos mafiosos del sindicalismo como lo es el inmoral de Carlos Romero Dechamps que se ha visto obligado a renunciar como trabajador de PEMEX y a su representación sindical y a su poder a base del abuso delos trabajadores. El Presidente López Obrador en base al dialogo va limpiando el escritorio de su oficina y fumigando a los roedores, porque la persecución de delitos y el cumplimiento de la ley y la justicia, aunque suene grotesco decirlo, pertenece a otra ventanilla, y ese departamento se llama Fiscalia General de la República, Poder Judicial y sobretodo en el seno de la organización de los trabajadores, que no han presentado ni el menor enojo por los abusos de sus líderes, debido a que los sindicatos se encontraban esqueléticos y desmantelados, sin líderes interesados en el bienestar laboral,por lo que nadie puede dar el manotazo en la mesa, porque todos al rededor resultan igual de corruptos que al que están fumigando, porque en todo caso les convendría seguir con la tradición saqueadora y un compadrazgo presidencialista y porque de dar un paso en falso también podrían ser fumigados como sus maestros ladrones y líderes. Aunque enoja y desespera, resulta práctico e inteligente que un Presidente se quite de obstáculos para poder construir su proyecto de nación por medio de los acuerdos en vez de desfundar la espada de Damocles, al no ser el poder ejecutivo el encargado de la persecución del delito aunque sí pueda ser denunciante, en donde hay tanto y a tantos que fumigar,que no habría energía que pudiera alcanzar ni que pudieran sobrar para realizar acciones trascendentes y no estacionarse en el cortoplacismo que solamente serviría para lucimiento personal, en vez de atacar el fondo del asunto a nivel trascendental, y sobretodo cuando se trata de saqueos realizados a la luz del día y con la tolerancia de los afectados, caso diferente a las acciones mafiosas y delincuenciales de jueces, gobernantes, servidores y funcionarios públicos, y ya no se diga particulares disfrazados de empresarios. A diferencia de las venganzas propagandistas de Salinas de Gortari con el líder sindical "la Quina" o de Peña con Elba Esther Gordillo, en este caso, el Presidente López Obrador tuvo que contener el vómito para llegar a una salida consensual y transparentemente abusiva antes de usar la acción penal que sin embargo queda reservada y no extinguida, y que facilitaría las cosas para otros casos en donde están involucrados tipos que tienen cuarenta años mamando del abuso sindical como el caso de los líderes de los telefonistas, los electricistas, ferrocarriles de México, nutrias de la CTM, entre otros. Nada más para ilustrar el vomitivo que tuvo que digerir el presidente López, -a quien no le han podido comprobar ningún acto de corrupción-, debemos decir que Dechamps ya había renunciado como líder pero había colocado a personal de su confianza y contransa, pero ahora aceptó mediante el diálogo, iniciar su retiro jubilatorio, en donde solamente renunció a su beneficio de tres meses de vacaciones, que pensaba prolongar hasta el 2023 como activo, con la esperanza de que pudiera regresar el perrepripanismo. Al respecto, López Obrador dijo que investigó el asunto."Quiero
informar al pueblo de México que a partir del día de hoy, el señor Romero
Deschamps ya presenta su renuncia, es decir, deja de ser trabajador activo de
Pemex. Eso lo hace por voluntad propia y también por un exhorto que le hicimos,
de que aunque fuese legal que así estuviese acordado, consideramos que era
inmoral", Así las cosas de lo que no resulta el fin de la historia, pero sí un síntoma inequívoco, del intento d e un cambio de régimen que a muchos molesta y que otros, tan sólo el simple intento, les resultaba impensable.