martes, 18 de diciembre de 2018

EL NEOLIBERALISMO ANIQUILADOR DE "EL MARIACHI"




















La doctrina y sistema neoliberalista  no solamente es una estrategia económica, también es una manera de exterminio cultural con la excusa de la modernidad. No solamente destruye las uniones comunitarias, la familia, el sindicalismo, los movimientos espontáneos de los ciudadanos, la ayuda  vecinal y otras reuniones humanas sino que también  corrompe los grupos establecidos y marca conductas sociopolíticoeconómicas para que  se pierdan los arraigos y permanezca el valor económico, al convertir al individuo en una ficha  de registro como  consumidor. La música tradicional  mexicana  no es la excepción de dicho exterminio, mismo que trata de ser consumado ante su anulación  en la radio y en la televisión, pero  cuya raíces están  tan arraigadas,  que los convencidos de sujetarse a otro género musical, acaban escuchando Mariachi. Sin embargo los músicos y cantantes como  nuevos valores  de la música de mariachi,  terminan grabando covers y sin acceso a  a los medios de comunicación convencionales y se mantienen  refugiados en producciones independientes de medianía calidad y al amparo de los medios alternativos que no tienen el compromiso comercial de servir a los grandes patrocinadores que siguen de buena gana el régimen neoliberalista. La música es un instrumento eficaz para la transmisión de valores que engrandecen al ser humano y a su lugar de origen,  pero también   es un poderoso instrumento que puede ser convertido fácilmente,  en mecanismo de deformación, sobre todo si se engancha a la maquinaria publicitaria que rige el mercado y que junto con los medios de comunicación y políticas de Estado,  se vuelve un producto para ser consumido  sin convicción de rechazo sino de aceptación, al grado de que lo que nos gusta se nos impone sin saber que ha sido impuesto y provoca una resistencia invertida, es decir se defiende lo que no nos gusta o no  forma parte de nuestros orígenes ni  de nuestra búsqueda espiritual. Ante la llegada de un nuevo régimen de gobierno  para México, existen esas resistencias conscientes e inconscientes, que  fueron implantadas  por el priísmo y posteriormente con el pacto panista, y que fueron tomando forma  desde fines del 1982, y  se concretaron con el padre del neoliberalismo mexicano, Carlos Salinas de Gortari. Para ello se emplearon todo tipo de estrategias, en donde la música tradicional resultaba una mercancía de  estorbo,  al estar llena de escrúpulos y con universo de valores  que  tenían que ser sustituidos por los de  “ la gran familia mexicana manipulada” que se maman de la televisión y ahora de las infames y falsas redes sociales. El siquismo colectivo  basado en la apolítica, la frivolidad  y la compra,  se ha ido transmitiendo pronto en las nuevas generaciones que van formando una nueva cultura, que ya de por si, venía heredada de  el consumismo que  se les había implantado a sus padres, pero no con la ferocidad del neoliberalismo, -que también ha sometido a nuestra música tradicional mexicana-.   Ahora que la izquierda tiene la presidencia del país, (aunque yo sigo creyendo que no es la izquierda sino un solo hombre)-;  la transformación del país debe estar basada en dar marcha atrás al modelo económico que nos oprime, pero de igual forma, al sistema educativo actual, que tiene  objetivos subterráneos y perversos, por loq ue se debe realizar el rescate de nuestra cultura de origen, en donde se incluya a nuestra música. Es el mariachi quien describe las relaciones de manera directa, humana y valiosa y  en donde no se engrandece el uso del celular o de la computadora, que son  herramientas de trabajo y de comunicación inmediata y urgente  a distancia, pero que  no son, elementos de cercanía intelectual y amorosa, como lo pretende implantar la estrategia  globalizada del neoliberalismo, por lo que se han impuesto nuevas alternativas en contra de nuestras raíces y de nuestra grandeza como país.