Cada vez que se quiere golpear a la mafia petrolera del país, casualmente se presenta una tragedia. Mucho se ha rumorado que aquella explosión de San Juanico en el sexenio de Miguel de la Madrid, ocurrió raramente, en la crisis más severa entre el sindicato petrolero, ante la etapa de negociaciones preneoliberalistas. También se han podido comprobar explosión de pozos petroleros de manera dolosa y recientemente la explosión extraña de la Torre Pemex de la Ciudad de México, que el mismo procurador que enlodó la investigación de los desaparecidos de Ayotzinapa, señaló la misma, como un simple accidente. Ahora que el Presidente Andrés Manuel López Obrador en apenas veintisiete días de su gestión, ha señalado cero corrupción en PEMEX, y la complicidad de altos funcionarios con los ladrones de combustible, conocidos como Huachicoleros, cuyo centro de operación principal es en el estado de Puebla; ocurre el trágico accidente aéreo en donde perdieron la vida, la gobernadora de dicho Estado, Martha Erika Alonso y su esposo, el senador panista Rafael Moreno Valle, quienes habían establecido una confrontación política con MORENA y el titular del ejecutivo federal, por la cuestionada elección poblana en donde resultó ganadora Martha Erika; por lo que tal accidente causa señalamientos a López Obrador, que tenía en la agenda de esta semana, (misma en que ocurrieron los fatales acontecimientos), la presentación del Plan Conjunto del Gobierno de México
para Combatir el Robo de Hidrocarburos de Pemex.“Este plan tiene como propósito evitar este robo, no tolerar
que se sigan cometiendo, no permitir la corrupción y quiero hacer un llamado a
todos los mexicanos para que nos apoyen y que entre todos logremos erradicar
este robo que se hace a la nación”, expresó el Presidente del País.