NO es exageración si señalamos que la final Cruz Azul - América que se realizará el domingo en el Azteca es el partido más importante en la historia de la máquina, cuando apenas el día de ayer, el cuadro cementero no pudo ganarle al América como no lo ha podido hacer desde hace más de media década. En estos años el cuadro Americanista ha mantenido una tutela humillante para Cruz Azul, al grado de desaparecer el clásico joven. Por otra parte el cuadro azul, no sabe lo que es ser campeón por tres generaciones y ahora está cerca de conseguirlo, en la final con su rival que ha escogido de acérrimo y quien más lo ha humillado. Ganar este campeonato, significará una nueva era azul al mando directivo de un Ricardo Peláez que llegó para barrer lo viejo y obsoleto de este club; por lo que de ganar, los azulinos festejarán como nunca antes y para otros será su primera vez. Para el América significará ser el cuadro con mayores coronas en la historia de nuestro fútbol y una obligación común, pero de perder, le servirá al Cruz azul, como "La pastilla de MIT", que borra los malos recuerdos, aunque en el fondo, todos sabemos que un campeonato será un punto de partida pero no una meta, para un cuadro que ha dejado de ser grande y que por "chico" podría cobrárselas al América.