Cuando TV AZTECA, Grupo Salinas; adquirió canal 13 junto con el 7, y luego se adueñó del 40; se señaló que los nuevos directivos encontraron en las bodegas cámaras nuevas y sin desempacar que nunca utilizó la televisora gubernamental y que sin embargo cada año solicitaba equipo dentro del presupuesto de ingresos y egresos, ordeñando los recursos de la televisora. Este y otros actos de corrupción y de mala administración financiera y creativa, terminaron con Canal 13, y así se determinó fuera parte de la iniciativa privada. Sin embargo al pasar de los años, cuando el plan de otorgar a particulares servicios que brindaba el gobierno ha sido un fracaso, por no haberse acompañado de competencia sino de monopolios, vuelve a surgir la inquietud de que el poder ejecutivo federal obtenga un canal de televisión abierta a su cargo, como lo hacen gobiernos locales, el poder Judicial y legislativo o como se contempla en la radio. Sin embargo se advierte que dicho canal gubernamental debe estar enfocado principalmente al entretenimiento y a la información y no al ámbito cultural -para lo cual está el canal 22-, por lo que dicho entretenimiento debe brindarse con fórmulas nuevas que resalte valores humanos, exponga actos de conciencia y haga de un televidente; un telepensante participativo. Tanto en la información como en el entretenimiento han fallado los medios de comunicación concesionados, quienes en los últimos años, han fomentado con mayor fuerza, la guerra sucia, la autocensura y la defecación en el entretenimiento con programas banales y narcoseries. El destacado comunicador, Guillermo Mejía LLosas, voz autorizada para este tipo de temas, nos brindó su opinión sobre los medios de comunicación y las metas que deben plantearse en este nuevo sexenio presidencial.