Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del Distrito Federal, ha demostrado una incapacidad tremenda para gobernar la Ciudad de México y parece no se conforma con ello y también quiere arruinar las situaciones de competencia federal ya que como una campaña absurda para lo que será su candidatura por su obsesión a la presidencia de la República insiste en querer subir el salario mínimo como un disfraz para aparentar que con un mayor salario existe una mayor solvencia económica y volver a llenar de ceros la moneda.
Con todo y la devaluación que sufre el país por la caída del peso ante el dolar, Mancera en vez de preocuparse por lo problemas de la Ciudad y que ha provocado en la ciudad advirtió existen las condiciones para que el salario mínimo aumente a un rango entre 82 y 86 pesos diarios, a partir del 1 de enero de 2016, desde los 70.10 pesos actuales.
“Existen las condiciones para que se pueda dar un salario mínimo de 82 a 86 pesos diarios. Estamos buscando una línea de estabilidad con esta alza del salario”. Mancera desea ponerse la medalla de haber subido el salario mínimo solo cuatro pesos como se alza el cuello con programas sociales de la Ciudad cuyo monto en nada ayudan a las necesidades de las clases vulnerables y en cambio aumenta el costo de servicios básicos como lo es el boleto del metro que lo aumentó a cifras récord.
Mancera calificó esta aprobación como positiva, pues aseguró que es el primer paso para llegar a los 150 pesos diarios en el largo plazo sin proponer como frenar la actual devaluación a plazo inmediato y sólo pidiendo una caja de sorpresas que complique a la administración federal actual y aumente las cifras del costo de vida del país pero no su nivel adquisitivo.
Por otra parte, después de exponer si teoría descabellada del aumento al salario mínimo, también señaló que el presupuesto destinado por la federación para la capital del país no es suficiente y cancelará obras públicas para la capital incluyendo la ampliación del Segundo Piso del Periférico. por lo que el Jefe de gobierno no ha encontrado soluciones para la capital pero en cambio si tiene ideas brillantes para los problemas federales que no son de su competencia y para los cuales sí tiene tiempo de analizar mientras su administración es un desastre.