Las puertas del Palacio de Bellas Artes se abrieron para dar paso al concierto que rindió el cantante Manuel Mijares por sus treinta años de carrera artística. El recinto se abrió por primera vez a la música popular en un concierto realizado por Lola Beltrán y más aún con el fallecido Juan Gabriel quien hace unos días dicho recinto de mármol recibió sus cenizas en un homenaje, sin embargo se ha clausurado para personalidades como Marco A. Muñiz y María Victoria y al mismo Luis Miguel, por lo que las puertas del templo de la cultura se abren dependiendo las influencias y amiguismos que tengan con las autoridades del INBA. Mijares señaló posteriormente a la realización de su presentación musical que el Palacio de Bellas Artes debe estar abierto a todas las expresiones de arte y a todos los géneros y no nada más para aquellos que dicen representar a la música culta. El cantante que comenzó en el concurso Valores Juveniles con un sello de voz propio pero sumergido en una carrera discográfica de covers, agregó que hizo un show digno del lugar en donde fue presentado como digno y justo fue el que ofreció en su oportunidad el cantautor finado, Juan Gabriel. Es importante, que el Palacio de Bellas Artes defienda cualquier expresión artística, sin embargo las seceratarías de cultura y de edicación pública deberían también hacer su chamba y rescatar el Teatro Blanquita como templo de la música popular mexicana y ser utilizado ese local para las expresiones que quizá no tengan la fineza de otras expresiones pero que no se salen de la estética como requisito del arte.
