Hay funcionarios públicos que en vez de estar en el INBA deberían estar en el limbo, como el caso de María Cristina García Cepeda Tovar quien no tiene ningún grado académico y que sólo sirve como directora del INBA para regalarle boletos a sus amigos para las temporadas de Bellas Artes y quien determinó junto con el secretario de cultura, Rafael Tovar y de Teresa, que para despedir al finado compositor mexicano Juan Gabriel con sus restos presentes en el Palacio de Bellas Artes, no lo haga un cantante de música popular mexicana como figura central de la ceremonia sino el tenor Fernando de la Mora, quien cuando ha grabado música, -que la alta cultura llama populachera- , la ha realizado únicamente como una conveniencia comercial y no por ser un artista comprometido con ese género, ya que es tan oportunista como lo puede ser Plácido Domingo, quienes al momento de presentarse como artistas se dicen cantantes de ópera y al momento de grabar discos recurren a Juan Gabriel. Sin embargo el recinto resguardado por la Alameda Central no ha querido abrir sus puertas para cantantes como María Victoria o Marco Antonio Muñiz quienes lo han solicitado para recitales, y a quienes se les ha clausurado por quienes llegan a entender que las notas musicales nada más son siete cuando les conviene y que por tal situación , tienen secuestrado el Palacio de Bellas Artes para sólo un tipo de género musical que ellos llaman erróneamente música culta o siempre y cuando los artistas populares entren al recinto de la cultura pero con las patas por delante. No cabe duda que el Presidente de la República ocupa los cargos del deporte y de cultura para que cobren la quincena sus cuates y sin más preocupaciones, ni por Bellas Artes, ni por rescatar el Teatro Blanquita ni por nada que no sea sus bolsillos y alzarse el cuello como defensores de la cultura y la educación de nuestro país.
lunes, 5 de septiembre de 2016
FERNANDO DE LA MORA ES CANTANTE DE MUSICA POPULAR CUANDO LE CONVIENE Y DESPEDIRA A JUAN GABRIEL
Hay funcionarios públicos que en vez de estar en el INBA deberían estar en el limbo, como el caso de María Cristina García Cepeda Tovar quien no tiene ningún grado académico y que sólo sirve como directora del INBA para regalarle boletos a sus amigos para las temporadas de Bellas Artes y quien determinó junto con el secretario de cultura, Rafael Tovar y de Teresa, que para despedir al finado compositor mexicano Juan Gabriel con sus restos presentes en el Palacio de Bellas Artes, no lo haga un cantante de música popular mexicana como figura central de la ceremonia sino el tenor Fernando de la Mora, quien cuando ha grabado música, -que la alta cultura llama populachera- , la ha realizado únicamente como una conveniencia comercial y no por ser un artista comprometido con ese género, ya que es tan oportunista como lo puede ser Plácido Domingo, quienes al momento de presentarse como artistas se dicen cantantes de ópera y al momento de grabar discos recurren a Juan Gabriel. Sin embargo el recinto resguardado por la Alameda Central no ha querido abrir sus puertas para cantantes como María Victoria o Marco Antonio Muñiz quienes lo han solicitado para recitales, y a quienes se les ha clausurado por quienes llegan a entender que las notas musicales nada más son siete cuando les conviene y que por tal situación , tienen secuestrado el Palacio de Bellas Artes para sólo un tipo de género musical que ellos llaman erróneamente música culta o siempre y cuando los artistas populares entren al recinto de la cultura pero con las patas por delante. No cabe duda que el Presidente de la República ocupa los cargos del deporte y de cultura para que cobren la quincena sus cuates y sin más preocupaciones, ni por Bellas Artes, ni por rescatar el Teatro Blanquita ni por nada que no sea sus bolsillos y alzarse el cuello como defensores de la cultura y la educación de nuestro país.